Los recientes escándalos y defraudaciones en el país como el carrusel de la contratación, Odebrecht y Reficar, entre muchos otros, han puesto en evidencia que Colombia sufre de una enfermedad muy costosa que cuesta anualmente más de 21 billones de pesos. Se trata de la ‘corruptitis’.
Este padecimiento no solo afecta a las instituciones, sino que en términos reales le cuesta a cada colombiano más de $450.000. Medio millón de pesos aproximadamente que tienen que salir del bolsillo de personas humildes que ven, con impotencia, la forma en que inescrupulosos se apropian de bienes públicos a través de maniobras fraudulentas y abusando del poder.
Para hablar de este delicado tema, el exzar anticorrupción Óscar Ortiz aceptó la invitación de Juan Diego Alvira y pasó al tablero. “Si nos quedamos quietos, ellos (los corruptos) se salen con la suya”, dice el exfuncionario.
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