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Conozca cómo es por dentro la mina de la discordia en Buriticá

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Dicen que toda bonanza se mide por su actividad nocturna y Buriticá, occidente antioqueño,  sembrado sobre una mina de oro, es un ejemplo. Hace tres años, había más bombillos rojos que policías. Llegaron más de 300 prostitutas y el pueblo solo tenía 8 uniformados.

Fue cuando Fernando abrió su negocio. 

“Aquí trabajan 10 mujeres y todas les iba muy bien. Aquí se ponía unos dos millones diarios. Desde hace mes y medio comenzaron a tapar bocaminas y comenzó la gente a no trabajar y todo eso y pues el negocio cayó”, cuenta Fernando, dueña del bar El Bombillo Rojo.

Incluso, una trabajadora sexual del lugar, cuenta que le llegaron a pagar con castellanos de oro. Pero ahora piensa irse del lugar porque no hay trabajo.

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Es una vida dura que ellas comparten con los mineros, que suben y bajan como hormigas rastreras los peñascos del pueblo hasta llegar al fondo de los socavones a donde Noticias Caracol los acompañó.

“Estamos aquí en lo que la gente de Buriticá llama la montaña de oro, nos encontramos dentro de una de estas minas vamos con Jesús, él va a ser nuestro guía son 152 metros en línea recta. Después dice que hay que bajar, vamos a seguirlo”, relata Marcela Pulido, la periodista que realizó el recorrido .

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Según los estudios geológicos que la empresa canadiense estaba haciendo y que fueron filtrados  al Clan Úsuga, la montaña tiene alrededor de 10 millones de onzas de oro de reserva.

Y las ganancias que deja la minería ilegal en la zona son impresionante: el año pasado extrajeron alrededor de 110.000 onzas de oro, lo que equivale a 100 millones de dólares, unos 310 mil millones de pesos colombianos.

Ganancias que según las autoridades fueron a llenar las arcas del Clan Úsuga.

“La mina Lebron, la mina Los Boludos o Costeños, la mina la Equidad, que son el 80% de la minería legal y son las más grandes y ellos le estaban sacando el oro”, aseguró Wilson Sneider Pardo Salazar, comandante del Departamento de Policía de Antioquia

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En la intervención se han encontrado sorprendentes bocaminas bajo las casas. Justo debajo de las camas, como topos, los mineros han logrado cavar túneles de 300 o 400 metros de profundidad.

“Hemos tenido unas buenas investigaciones donde nos ha arrojado hasta el momento durante la intervención, 15 capturas entre ellos el alcalde, el secretario de gobierno y  el expresidente de Continental Gold”, agrega Salazar

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Nos faltaba la voz de la otra parte del conflicto minero, la empresa canadiense Continental Gold, la dueña de los títulos.

 “La comunidad se está sintiendo desalojadas a la fuerza casi que desterrados, la verdad no tenemos ningún conocimiento al respecto de eso, los operativos son coordinados por las autoridades, porque de alguna manera nos estamos sintiendo víctimas de ese proceso de minería ilegal”, expresa Jonnathan  Osorio, gerente de Responsabilidad Social Corporativa.

Prueba de ello es éste panfleto amenazante que tanto los directivos como los trabajadores de la empresa minera recibieron de las llamadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia y que dice: "Decretamos a la compañía  Continental Gold enemiga de Colombia y los declara, objetivo militar"

En Buriticá todos saben que si bien bajo sus pies existe oro, también caminan sobre la zarza ardiente de la discordia.

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“Mientras haya esa persecución del Estado, esta humillación de las multinacionales y el hambre de la gente no hay paz. Aquí tendría que haber menos medidas policivas y más administrativas de sentarse, pero con los mineros”, asegura Jorge Mario restrepo Castaño, cura párroco.

Una riqueza de minería ilegal que genera en Colombia, 7.2 billones de pesos al año, y que para los investigadores de la Fundación Paz y Reconciliación podría tener un mejor destino.

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“Tenemos que avanzar sustancialmente en una formalización de estos mineros, necesitamos es que los dineros de las regalías mayoritariamente lleguen a estos municipios”, expresa Ariel Ávila, subdirector de Fundación Paz y reconciliación.

Buriticá es un polvorín a punto de explotar, tanto así que el equipo de Noticias Caracol en su cubrimiento fue calificado de vendido a la empresa minera por haberlos entrevistado, pese a explicar que teníamos la obligación periodística de ser imparciales y objetivos, tuvimos que ser escoltados por la fuerza pública para salir del pueblo.

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