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Las redes sociales, otro campo de batalla en Venezuela

Las redes sociales, otro campo de batalla en Venezuela

Ciudadanos de a pie se han convertido en una especie de “reporteros de guerra”, mientras el oficialismo, hasta con bailes, intenta demostrar que todo está bien.
En el país, donde el Estado posee una amplia red de medios y un 61% de los habitantes tiene internet, muchos optan por el espacio libre de las redes sociales para informarse.
Siete de cada diez venezolanos invierten entre 30 minutos y dos horas para hacerlo en esas plataformas o en medios digitales, según la ONG Espacio Público.
Algunas televisoras limitan incluso la difusión de imágenes de las violentas protestas que exigen la salida de Maduro, lo que el Sindicato de la Prensa atribuye a "un régimen de censura y autocensura".
Así, la información sobre las manifestaciones encuentra cabida en las redes sociales, pero compite con auténticos "laboratorios de guerra y ciberterrorismo", apunta la socióloga Maryclen Stelling.
El 20 de abril, mientras se registraban saqueos en una zona popular de Caracas, que dejaron 11 muertos, se viralizaron videos de luces en el palacio presidencial de Miraflores y mensajes que aseguraban que sus "reflectores antiaéreos" estaban encendidos.
Hervían rumores sobre la "huida" de Maduro, pero las luces resultaron ser los focos de un festival de teatro en una plaza cercana.
"Hay una saturación de información intencional y, entonces, tú suspendes el juicio crítico: no sabes qué es verdad y qué es mentira. Limpias de acuerdo al bando político al que perteneces", añadió Stelling.
Burlas e insultos
Conscientes de la capacidad de influencia de las redes sociales, "gobierno y oposición abrieron un nuevo frente de batalla en el ciberespacio", según la socióloga.
Maduro creó una "Milicia Digital" para abrir en puntos callejeros cuentas de Twitter, Facebook e Instagram a quienes no tienen, mientras que la oposición usa esos canales para promocionar sus protestas.
Maduro tiene 3,1 millones de seguidores en Twitter, y en su programa televisivo suele enviar mensajes en directo y postear fotos en Instagram.
Los dirigentes opositores no se quedan atrás: El excandidato presidencial Henrique Capriles, con 6,6 millones de seguidores en Twitter, transmite todas sus intervenciones por Periscope.
A menudo, el intercambio de mensajes sube de tono.
"A Dios lo que es de Dios. Al César lo que es del César. Al Guaire lo que es del Guaire", decía un mensaje retuiteado por Maduro, con una foto de manifestantes que se lanzaron al río Guaire -receptor de las aguas negras de Caracas- huyendo de gases lacrimógenos.
Capriles también difundió un video de Maduro bailando, mientras en Caracas ocurrían fuertes choques entre opositores y fuerzas de seguridad, con el mensaje: "El que ríe de último, ríe mejor. Muy pronto todos los que fuimos hoy reprimidos nos reiremos de ti @nicolasmaduro y tus corruptos. ¡Escríbelo!".
Pese a la gravedad de la crisis, en la que escasean bienes básicos, algunos se toman el asunto con humor. El portal satírico "El Chigüire Bipolar" publicó recientemente una guía para no ser víctima de las "fake news".
"Muchas veces terminamos compartiendo artículos falsos porque reafirman nuestras creencias. Sí, señora, a usted le encantaría compartir esa noticia de que cuatro ancianas desarmaron a un guardia nacional y lo colgaron desnudo, pero ¿no sería bueno revisarla primero?", indica el manual.

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