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Suicida se detonó dentro de mezquita durante celebración religiosa en Afganistán

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El kamikaze hizo estallar su carga en medio de los fieles, dijo Fridon Obaidi, jefe de investigaciones criminales en el ministerio del Interior, quien dio un balance de 27 muertos y 64 heridos.
"Estaba rezando, he escuchado una explosión y el polvo ha recubierto completamente la mezquita. Cuando se ha disipado, no he visto más que sangre y cuerpos", explicó el testigo, Nadir Alí, desde su cama de hospital. "Me he hecho daño en la muñeca pero he conseguido arrastrarme hasta el exterior".
Las primeras imágenes de la mezquita Baqirul Olum, en el oeste de la capital afgana, muestran un edificio devastado y escombros nadando en charcos de sangre, testigos de la violencia de la deflagración.
A través de su agencia de propaganda Aamaq, el grupo yihadista Estado Islámico reivindicó el atentado suicida. El grupo EI ya ha asumido la autoría de otros ataques anteriores contra esa minoría religiosa en Afganistán.
Los talibanes, enzarzados en una violenta lucha contra el gobierno apoyado por Occidente, dijeron que no eran responsables del ataque.
"Me hallaba en la mezquita, la gente estaba rezando cuando escuché un enorme 'bang' y los cristales estallaron. No tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo, huí gritando", declaró otro testigo, Alí Jan.
Numerosas ambulancias afluyeron hacia la zona, que fue acordonada, señaló un portavoz del Ministerio de Sanidad, Mohammad Ismail. Las víctimas fueron trasladadas a dos hospitales de Kabul, Istiqlal y Emergency.
Polémica
La comunidad chiita conmemora este lunes el Arbain -"cuarenta" en árabe- que marca el fin de los 40 días de duelo después de la Ashura, en recuerdo de la muerte del imán Hussein.
La muerte del nieto del profeta en el año 680 es un acontecimiento fundador del chiismo.
Hasta 20 millones de personas son esperadas en Irak en la ciudad santa chiita de Kerbala para la peregrinación anual del Arbain, considerada un blanco potencial para atentados sectarios.
Durante la Ashura, el pasado 13 de octubre, una serie de atentados reivindicados por el grupo EI contra los chiitas afganos dejó más de 30 muertos y casi un centenar de heridos en Kabul y Mazar-i-Sharif, la gran ciudad del norte del país.
El 23 de julio, otro doble atentado suicida reivindicado por el EI contra una manifestación pacífica de la minoría chiita Hazara había causado 85 muertos y más de 130 heridos.
El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, condenó rápidamente en un comunicado el ataque "bárbaro" de este lunes y denunció los "intentos de división" de la población afgana.
Amnistía Internacional lamentó por su parte un ataque "horrible y deliberado", e instó al gobierno a proteger a las minorías.
Como después de cada ataque antichiita, la multitud reprochó a las autoridades su "incapacidad" para garantizar la protección de los fieles chiitas.
"Las fuerzas de seguridad volvieron a ser incapaces de proteger las mezquitas, a los peregrinos y sus concentraciones", dijo tras la explosión un habitante que se presentó como Rahmat. "Saben, sin embargo, que Dáesh (acrónimo árabe del EI), que logra cometer atentados en Europa, puede fácilmente atacar blancos en Afganistán. Deberían proteger los sitios sagrados".

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