Antes de entrar a territorio colombiano, los ocupantes de la aeronave se mostraban optimistas y contentos. Luego todo fue incertidumbre. Ese lunes 28 de noviembre de 2016 todo era expectativa en el Chapecoense, que esperaba en el aeropuerto de Guarulhos de Sao Pablo, el momento para volar hacia Santa Cruz de la Sierra en Bolivia y de allí a Medellín para jugar la final de la Copa Sudamericana contra Atlético Nacional. Alan Ruschel, quien sobrevivió a la tragedia, quería grabarlo todo en su celular. “Queremos hacer historia en el club. Es una final inédita Sudamericana y va a ser un partido muy bonito”, dijo Eduardo Luiz Preuss, ‘Cadu’, miembro del club. Otro que grabó para las redes sociales fue Filipe José Machado. Como si fuera un chiquillo, quería que todos quedaran en la toma. A las 4:30 de la tarde, el Chapecó ya estaba en Santa Cruz. Para los bolivianos fue un acontecimiento porque la empresa LaMía, que había transportado a la Selección Argentina, ahora llevaría al Chapecó a una final. Mario Rocabado, del canal Gigavision, grabó sin saberlo que este sería el vuelo fatal. De la tripulación hacían parte la modelo y piloto Sissy Arias, Fernando Goytia y el controvertido piloto Miguel Quiroga, quien además era accionista de la aerolínea. La ansiedad se respiraba a flor de piel, como si contaran los minutos para llegar a Medellín. A las 5:30 p.m. el avión RJ-85 de fabricación británica con la matrícula 2933 de LaMia buscó la pista Charli y comenzó para muchos su viaje a la eternidad. En el vuelo iban 22 jugadores, nueve tripulantes y 46 pasajeros entre directivos y periodistas. Según las investigaciones, el plan de vuelo presentado por el capitán Quiroga evidenció graves errores. Los graves errores del plan de vuelo El primero: que el total de combustible cargado en el avión alcanzaría para cuatro horas y 22 minutos vuelo, pero curiosamente este mismo tiempo, cuatro horas y 22 minutos fue consignado en la casilla de autonomía de vuelo. Allí debían figurar como mínimo cinco horas y 15 minutos. Para llegar a Medellín con esos 45 minutos de combustible extra, Quiroga debió hacer una escala en Cobija, Bolivia, o en Bogotá para reabastecer, pero nunca paró. Las comunicaciones de los últimos 15 minutos de vuelo catapultan los errores. El capitán Quiroga reveló sin sobresaltos un problema que contestó de inmediato la controladora de vuelo Yaneth Molina. El capitán Quiroga nunca se declaró en emergencia, al parecer, por temor a una sanción por la negligencia en el tema del combustible. Todo se complicó. Para ese momento el avión debía ir, como mínimo, a 10.000 pies de altura, pero su reporte de altitud presagiaba lo peor. Los vectores es una señal que le permite al avión entrar directo a la pista. Allí ya volaba 304 metros por debajo del mínimo y la colisión era inminente. Segundos después solo se oyó una palabra del piloto: “Jesús”. El avión se estrelló contra Cerro Gordo. La cola quedó en la parte alta y el resto del fuselaje rodó por la falda dejando un camino de muerte y destrucción. La Policía atendió el siniestro, llovía sin compasión. Así fue el rescate de los sobrevivientes del Chapecó En medio de las retorcidas latas ubicaron los primeros sobrevivientes. El rescate del técnico de vuelo Erwin Tumirí, encontrado por el intendente Willinton Rodríguez, fue conmovedor. En medio del shock Edwin llamaba a sus amigos. También fueron rescatados con vida la auxiliar Ximena Suárez, el arquero Jackson Follmann, quien perdió su pierna derecha, el defensor Alan Ruschel y el periodista Rafael Henzel. Con las primeras horas del día siguiente al accidente, la tragedia quedó en evidencia: 71 personas murieron en esa noche fatal para la historia del fútbol, la aviación y una pasión llamada Chapecoense.
Johan Alexis Ramírez Castro, quien vive con sus padres en La Unión, habló de los reconocimientos que le han dado por ayudar en la tragedia. El llamado ‘Ángel’ fue uno de los muchos campesinos que estuvieron ayudando en el rescate de los cuerpos y los sobrevivientes la noche del accidente. Pero Johan Alexis Ramírez se destacó porque fue quien dirigió a los socorristas para trasladar a las víctimas en medio de un difícil terreno en donde hacía poco había llovido. “Uno siente ese sentimiento amargo de recordar ese momento, se siente algo incómodo, de ver los árboles así, de que hubo tantas víctimas. Me quedó una experiencia que me ha enseñado a valorar la vida, de disfrutarla más con mi familia y mis amigos”, afirma Johan Alexis Ramírez. El día del siniestro, este joven que por aquel entonces tenía 15 años, acompañaba a su padre en un cambuche en medio de un cultivo de tomates para facilitarle el cuidado de las parcelas sembradas. “Recuerdo a alguien que estábamos sacando en una camilla. Estaba vivo. Pero andamos como unos 15 metros y se nos murió. Eso me afectó mucho”, recuerda el joven. Fue así como, sin esperarlo, sus acciones se conocieron en todo el mundo, lo que le permitió llegar a lugares que nunca había pensado y conocer personas que no habría esperado. “Mi primer viaje fue a Brasil a un homenaje que nos hicieron en la presidencia. Después vino el sueño de nuestra familia: nos dieron una casa. Luego fue el viaje a Madrid para conocer a todo el equipo del Real. Luego viajamos a Rio de Janeiro donde pasé tres días y terminamos en Chapecó en donde me reencontré con dos sobrevivientes”, afirma Johan Alexis Ramírez. Vea también: El ‘Ángel’ de Chapecoense llegó a Brasil, donde recibió un sentido...
El arte de ‘Digo’ Cardoso, en ocasiones, fue considerado vandalismo en Brasil pero luego fue valorado, por lo que fue encargado de una ardua tarea. Debía inmortalizar en un mural la hermandad que nació entre Medellín y Chapecó tras la tragedia del 28 de noviembre de 2016 -29 de noviembre en Brasil por la diferencia de horario- en la que murieron 71 personas. Dolor, solidaridad y esperanza: imágenes imborrables de la tragedia... Desde Brasil, ‘Digo’, cuyo verdadero nombre es Rodrigo Cardoso do Santos, le contó a Noticias Caracol cómo nació la idea de viajar a la ciudad colombiana a pintar un grafiti en la tribuna occidental del escenario deportivo municipal que sirve de sede a dos de los equipos más grandes de Colombia, Atlético Nacional y Deportivo Independiente Medellín, referentes del fútbol suramericano. Aunque ‘Digo’ nació en Sao Paulo hace 30 años, vive desde que tenía 11 en Chapecó, una de las seis ciudades más grandes del estado Santa Catarina. Llegó a esa ciudad del suroccidente de Brasil donde habitan unas 200 mil personas y donde el gran fuerte de la economía es la ganadería porcina porque su papá fue trasladado por la compañía para la que trabaja. Junto a sus hermanos Sonia, Dalton y Filipe tuvo que aprender a recorrer sus pequeñas calles, las mismas que desde los 15 años comenzó a decorar con unos dibujos que en principio fueron calificados de vandalismo y que le permitieron darse a conocer como el primer grafitero de Chapecó. También le llevó a que de la ‘prefeitura’ de Chapecó, su similar a una alcaldía, le llamara el 22 de agosto de 2017, nueve meses después del desastre sufrido por la delegación del Chapecoense, un grupo de periodistas y la tripulación del Lamia, para darle una noticia que en principio le puso los pelos de punta. “Hola ‘Digo’, soy Fernanda, trabajo con el ‘prefeito’, te tengo que decir algo te va a dejar preocupado”, escuchó de voz de la funcionaria delegada por Luciano Jose Buligon para contactarlo. El artista pensó lo peor. Dos noches antes había salido a tomar cerveza con un amigo y bajo el efecto del licor se había ido para una calle de Chapecó a marcar los muros. “Salimos borrachos, hicimos unas pinturas rápidas, vandalismo, algo prohibido. Pensé que me iban a reprender ”, recordó. Pero Fernanda le espetó: “Nosotros vamos a Medellín y queremos que vayas con nosotros, vamos como invitados a la Fiesta del Libro, Brasil es el país invitado y Chapecó tendrá un espacio”, le contó la funcionaria. “Fue una sorpresa. Uno no piensa en viajar a Medellín. Planeaba ir a Europa, Estados Unidos”, manifestó. Diez días después, ‘Digo’ estaba en la capital antioqueña. No olvida al primer taxista que lo transportó, “un tipo querido, charlador”, tampoco las calles empinadas de la ciudad, su grandeza y mucho menos el momento en el que el prefeito de su ciudad le dijo que tenía la oportunidad de plasmar con su arte el significado de la naciente hermandad entre los dos pueblos. Más allá de la muerte Tras el impacto que provocaron las imágenes que veía en televisión, ‘Digo’ decidió llorar en silencio la tragedia en la que perdió, además de los jugadores de su equipo amado, a dos de sus amigos, uno de ellos su compañero del colegio: Nilson Junior Folle, quien era miembros de la junta directiva del club. Recuerde a las 71 victimas de Chapecoense, un año después de la... Sin embargo, en Medellín dejó que todos los lindos recuerdos regresaran porque no quería representar a la muerte en el mural de tres metros de altura y siete metros de ancho que pintó y grabó su obra de arte. “Tomé dos de mis personajes, que son muñecos de Olinda, incluí folclore y muchos colores. Hay una chica que tiene una pintura en el rostro, que es como los indios cáingangues que vivían en Brasil, tiene los colores de las banderas del país y la de ‘Chape’, y un manto con 71 estrellas que representan las personas que se fueron. Las piernas representan el pueblo de Chapecó y tiene una bandera con un corazón, que es el elemento que más representa todo ese amor”, describió. En el otro dibujo, ‘Digo’ incluyó la cultura colombiana, para que fuera un complemento. “Es un chico con ropa paisa, colores de Colombia, colores de Atlético Nacional y los colores de Independiente (Medellín), tiene una bandera con un corazón; es como si los pueblos se encuentran”, indicó sobre el dibujo en el que también incluyó la frase ‘Obrigado Medellín’, en agradecimiento a la ciudad, y que tiene unas plantas llamadas en su país Espada de San George, que “para mucha gente significa protección, es mi planta favorita”, dijo. Mateo Escobar, funcionario de la Alcaldía de Medellín, junto a 'Digo' (derecha). Cortesía Alcaldía. Luego de su viaje a Medellín, ‘Digo’ regresó a su casa, en el centro de Chapecó, donde vive con Ana Alice y Matheus, sus dos hijos de 13 y 10 años de edad. Ya en el calor de su hogar comenzó a trabajar en el homenaje que el 11 de noviembre les hicieron a las víctimas de la tragedia en la ciudad, que consistió inicialmente en entregarles a las familias de las 64 personas que perdieron la vida, y que vivían en la zona, un cuadro con el rostro de sus ser querido, figuras que también serán pintadas en un mural de 70 metros de ancho que estará en una pared contigua al estadio Arena Condá, donde jugaban sus ídolos. En Medellín, la Alcaldía planea para el martes pintar otra obra de arte en un muro en la zona de las piscinas de la Unidad Deportiva Atanasio Girardot.
Un año después del accidente aéreo en el que murieron 71 personas, en su mayoría jugadores del equipo brasilero, Noticias Caracol recorrió el lugar del siniestro. El Cerro Chapecoense, llamado así por decreto municipal de La Unión, fue el escenario de la tragedia del avión de LaMia. En este lugar las marcas aún permanecen entre las montañas como huellas de una historia imposible de olvidar. Vea también: “Hasta que por fin lloré”: periodista que cubrió tragedia de... Un año después, Noticias Caracol recorrió el sector con los hombres que realizaron la extracción de los cuerpos en una de las operaciones más complicadas de sus vidas. "Empezamos a hacer un desplazamiento lateral para asentar solamente la rueda derecha porque no era posible aterrizar todo el helicóptero", recuerda el mayor Andrés Mosquera, piloto de operaciones especiales de la FAC. A bordo de uno de los helicópteros en los que se realizó el operativo, el mayor Mosquera, quien comandó el rescate, contó cómo esta tragedia marcó su vida. Le puede interesar: ‘Chapecoense’, el café-bar en Medellín que enaltece la hermandad de... “Aquí, donde se alcanza a ver el rastro que dejó el avión, la verdad era triste ver esa escena; el avión despedazado, los equipajes de los pasajeros, los cuerpos, una imagen aterradora y deprimente", señaló. Están seguros de que hicieron bien las cosas, y saben que después de la tragedia los lazos de hermandad entre Colombia y Brasil, y entre sus fuerzas armadas, serán indisolubles.
Los periodistas deportivos cubren la gloria y la derrota. A diferencia de otros colegas la muerte no está en su radar. Por ello la noche del 28 de noviembre 2016 la vida de Lina María López, reportera de Noticias Caracol, cambió por completo. A eso de las 10:00 de la noche Lina terminaba de cubrir el partido entre Leones y Pereira, por el descenso. De allí debía trasladarse al hotel donde se hospedaría el equipo de fútbol de Chapecoense, que dos días después debía jugar la final de la Copa Sudamericana con Nacional. Sin embargo su vuelo, proveniente de Bolivia, estaba retrasado. Solo hasta las 11:00 de la noche se supo que se había estrellado. Las primeras informaciones fueron confusas. No se sabía el número de personas a bordo. Aun así medios radiales comenzaron a informar que había 36 sobrevivientes. El jefe de Lina la envió para el hospital de Rionegro, a esperar a los heridos, pero una vez allí ella y media docena más de periodistas, muchos ellos de Brasil, angustiados y tristes, decidieron trasladarse al municipio de La Ceja – a una hora de Medellín-, en donde unas dos horas después comenzarían a llegar los heridos. Poco antes del amanecer del martes 29 de noviembre, los socorristas hablaron frente a las cámaras y aseguraron que no había más sobrevivientes. Hubo un sentimiento de absoluta tristeza, recuerda Lina, quien vio cómo sus colegas brasileños, con un valor increíble, comenzaban a transmitir en vivo la mala noticia. Solo seis personas habían sobrevivido. Los afortunados eran: Alan Ruschel, Jakson Follmann, Rafael Henzel, Ximena Suárez, Erwin Tumiri y Helio Neto. Murieron 71 personas. Esa misma mañana Lina, quien lleva siete años trabajando como periodista deportiva en Noticias Caracol, junto a su camarógrafo Hugo Yépez Restrepo, se trasladó hasta el municipio de Guarne, donde está la sede de Atlético Nacional. En rueda de prensa, directivas y jugadores lamentaron el hecho y afirmaron que al día siguiente, en el estadio Atanasio Girardot, se llevaría a cabo un gran homenaje al Chapecoense, quien había demostrado, entre su humildad, ser uno de los equipos más poderosos del continente. Entonces alguien hizo un comentario que nadie esperaba. En realidad, el equipo de Nacional era el que debería estar a bordo del vuelo 2933 de LaMia que se había estrellado en una ladera en La Unión una noche lluviosa y fría. La razón: Nacional siempre terminaba la fase de local. Hasta entonces Lina, graduada de la Universidad de Antioquia, no había llorado. De hecho, afirma, se encontraba en un estado de suspensión. El martes en la noche no pudo dormir. Una y otra vez las imágenes de los heridos en el hospital de La Ceja se le sucedían en la mente. No era capaz de mantener una idea clara. No sabía si estaba angustiada, triste, preocupada, melancólica, sorprendida, absorta. Quizás todas a la vez. Cruzó con su esposo Juan Guillermo Pulgarín, ya en casa para descansar, algunas palabras, abrazó a su hija Sofía de 13 años, y se acostó a dormir. El miércoles antes de las seis de la mañana estaba despierta, con la impresión de que todo había sido un sueño y que, en realidad, la fiesta de fútbol se daría esa misma noche. El televisor la sacó de su sueño cuando escuchó en las noticias sobre el rescate de los cuerpos del equipo de Chapecoense y el progreso lento de los sobrevivientes. Ya en el estadio, con cerca de 50 mil personas vestidas de blanco, unidas ya no por la pasión del futbol sino por el dolor, Lina se apartó de sus colegas y lloró, lloró como nunca antes lo había hecho, en medio de una multitud y escuchando las palabras del canciller de Brasil en Colombia, José Sierra: “…pero quizás no sea una casualidad que los colores del Chapecoense, así como los de Atlético Nacional sean verde y blanco: esperanza y paz”. Hoy en día Lina vive feliz con su trabajo, de hecho en septiembre pasado visitó las ciudades de Madrid, Sevilla y Zaragoza, invitada por la Academia Española de Televisión por su cubrimiento de la tragedia del Chapecoense, y luego de que Noticias Caracol recibiera el reconocimiento a ‘Mejor cobertura de última hora’ en los Premios a la Excelencia AIL y Premios Iris América. “Esta tragedia mecambió hasta la forma de pensar. Ahora cada vez que me toca esperar a algún deportista en el aeropuerto no reniego, porque es cierto que a veces son difíciles las esperas. Ahora lo único que quiero es entrevistarlos. Por otra parte, cada vez que me subo a un avión no hago otra cosa más que pensar en la tragedia”, puntualiza Lina.
Una cerveza o un refresco al lado del imponente Atanasio Girardot en un lugar que guarda la memoria de la tragedia, basta para recordar aquel 28 de noviembre de 2016. Aquella noche, cuando todo estaba dado para el inicio de lo que sería una gran celebración entorno al fútbol, terminó en largas horas de incertidumbre y dolor. El vuelo 2933 de LaMia se accidentó en el cerro El Gordo de La Unión (Antioquia), dejando un saldo de 71 personas fallecidas y seis sobrevivientes, en su mayoría jugadores del equipo Chapecoense. Estos fueron los errores que se cometieron en el fatal vuelo del... Sin duda la tragedia más reciente que enlutó a los fanáticos del deporte, la misma que unió a las hinchadas de dos equipos en un solo sentimiento, la hermandad. ‘Jamás en el olvido y siempre presentes’ es la consigna del café-bar ‘Chapecoense’ con el que una pareja de esposos decidió rendirles homenaje a quienes soñaban con hacer historia al disputar por primera vez la final de la Copa Sudamericana. Un lugar en el que son muchos los sentimientos encontrados, pues cada detalle en su interior transporta a los hinchas del fútbol al suceso que enlutó a dos ciudades, Medellín y Chapecó. Verónica Peña, propietaria del café-bar, contó a Noticias Caracol cómo fue el proceso de instalación de este lugar en el que cada una de sus paredes plasma una historia y un sentimiento, el mismo que mueve a millones de personas en el mundo, el fútbol. Un fragmento de la ciudad de Chapecó en Medellín: Los colores verde y blanco, insignias del equipo brasilero, engalanan cada rincón y trae a la memoria la hermandad entre dos naciones que las unió el dolor de una tragedia. Una pequeña réplica de la cabina del avión en el que se transportaban los jugadores dispuestos a hacer historia recuerda aquel 28 de noviembre de 2016. Jamás en el olvido, por lo menos ese es el sentimiento de quien se sienta en la barra a disfrutar de un café o una cerveza, pues basta con mirar hacia atrás y encontrar a cada uno de los jugadores que perdieron la vida en la tragedia aérea, también están quienes lograron sobrevivir. Todos son bienvenidos entorno al fútbol, hinchas de Atlético Nacional, Independiente Medellín, Santa Fe, Millonarios, América, en fin, quien ama este deporte encuentra en el lugar un motivo para brindar por la pasión que solo el fútbol logra despertar. Su acogedor ambiente hace del café-bar ‘Chapecoense’ un lugar apropiado para disfrutar de un buen partido, además de encontrarse a unos pocos metros del Estadio Atanasio Girardot. Glenn Bolaños, cartagenero e hincha del equipo ‘verdolaga’, contó su experiencia sobre el día de la tragedia. Entre recuerdos que llegan a su memoria se toma una cerveza por quienes perdieron la vida intentando hacer historia en territorio antioqueño. “Es un año de esta tragedia que nos llena de nostalgia a todos los futboleros, no solo a los hinchas de Atlético Nacional. Se me eriza la piel al recordar este lamentable hecho”, mirando las fotos de quienes murieron, señala Bolaños. El próximo martes 28 de noviembre, a partir de las 6:30 p.m., se llevará a cabo una eucaristía en el café-bar ‘Chapecoense’ a la que todos están invitados. Con esta ceremonia religiosa se busca conmemorar un año del siniestro aéreo del equipo brasilero en territorio antioqueño.
El 28 de noviembre de 2016, un avión que transportaba al equipo brasileño se estrelló en Antioquia. 71 personas perdieron la vida y 6 sobrevivieron. El 23 de noviembre de 2016, tras el empate 0-0 frente a San Lorenzo de Argentina, Chapecoense, un modesto club de Brasil, clasificó a la final de la Copa Sudamericana. Su rival sería el Atlético Nacional de Colombia, que había eliminado a Cerro Porteño de Paraguay. El partido de ida de la final del segundo torneo más importante de clubes del continente estaba programado para el 30 de noviembre en el estadio Atanasio Girardot de Medellín. Para realizar el viaje a Colombia, los directivos del Chapecoense escogieron a la aerolínea boliviana LaMia, que ya había trasportado a varios equipos, entre ellos Atlético Nacional y la selección de Argentina. El 28 de noviembre, la delegación de Chapecoense se disponía a realizar el vuelo chárter entre Sao Paulo y Medellín, pero La Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) brasileña no autorizó el recorrido directo porque según el convenio de Chicago solo se podía hacer en una aerolínea de Brasil o Colombia. El itinerario cambió y sobre la 11:22 a.m. (hora de Colombia) despagaron en el vuelo OB 739 de Boliviana de Aviación, desde el Aeropuerto Internacional de Guarulhos (Brasil) rumbo a Santa Cruz de la Sierra (Bolivia). A las 3:50 p.m. aterrizaron en Bolivia el aeropuerto de Viru Viru, donde hicieron el transbordo a un avión Avro RJ85, registro CP-2933, de LaMia. Sin embargo, Celia Castedo, técnica de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (AASANA) e inspectora del aeropuerto boliviano, se opuso a la salida del avión porque consideró que el plan que le estaban presentado no era seguro, ya que la capacidad máxima de combustible apenas daba para cubrir los más de 2.970 kilómetros de distancia entre los dos puntos. El reparo de Castedo se dio porque el avión ya no iba a hacer escala en Cobija (Bolivia) y además no contemplaba reserva de gasolina para volar a un aeropuerto alterno. Los miembros de la aerolínea, que en ese momento ya acumulaban tres horas de retraso del itinerario inicial, movieron sus fichas y lograron el permiso para partir. A las 5:18 p.m., el LaMia-2933 despegó rumbo a Medellín con 68 pasajeros y 9 miembros de la tripulación. Sobre las 9:50 p.m., el avión se encuentra cerca al aeropuerto José María Córdoba de Rionegro, Antioquia, y el piloto Miguel Quiroga pide a la torre de control autorización para realizar el aterrizaje por una falla eléctrica y falta de combustible. Esta es la conversación entre Quiroga y la torre de control: Piloto: Señorita Lamia 933 está en falla total, falla eléctrica total, sin combustible. Torre de control: Pista libre y esperando lluvia sobre la superficie Lamia 933, bomberos alertados. P: Vectores señorita, vectores a la pista. TC: La señal radar se perdió, no lo tengo, notifique rumbo ahora. P: Estamos con rumbo 3-6-0, con rumbo 3-6-0. TC: Vire por la izquierda 0-1-0 proceder al localizador del borde Rionegro una milla delante del Bora (…) le confirmo por la izquierda con rumbo 3-5-0. P: A la izquierda 3-5-0 señorita. TC: Sí correcto, usted está a una milla del borde Rionegro. TC: No lo tengo con la altitud Lamia 933. P: 9 mil pies señorita. P: Vectores, vectores. TC: Usted está a 8.2 millas de la pista. TC: ¿Qué altitud tiene ahora? TC: ¿Lamia 933 posición? A las 9:55 p.m. se perdió contacto con el avión de LaMia, que se estrelló en el cerro El Gordo (ahora Chapecoense), ubicado en La Unión, Antioquia. A la media noche, empezaron a llegar los rescatistas al lugar de la tragedia, donde encontraron a Alan Ruschel, primer sobreviviente. Luego aparecieron Jakson Follmann, Rafael Henzel, Ximena Suárez, Erwin Tumiri y Danilo, quien falleció en el hospital. A las 5:40 a.m. fue rescatado Helio Neto, último sobreviviente del siniestro. Horas después se conoció que 71 personas perdieron la vida y 6 sobrevivieron al siniestro.
Un año atrás, el siniestro del avión que transportaba al club de fútbol brasileño a Colombia conmovió al mundo. 71 personas perdieron la vida y 6 sobrevivieron.
El siniestro del avión de Chapecoense, el 28 de noviembre de 2016, hace parte de la lista negra de las catástrofes que han vivido algunos clubes. 4 de mayo de 1949: la primera y quizás la tragedia más conocida del balompié. Un total de 18 jugadores del equipo de fútbol del Torino, el mejor del mundo de la época, fallecieron junto a otras 13 personas al estrellarse su avión en la Basílica de Superga, cerca de Turín. 6 de febrero de 1958: el aeroplano en el que se encontraba el Manchester United se estrelló en el aeropuerto de Múnich tras realizar una primera parada para repostar. 23 personas perdieron la vida, entre ellas ocho jugadores del United, el entrenador y dos directivos. 3 de abril de 1961: el avión en el que se movía parte del Club de Deportes Green Cross de Chile se estrelló dejando 24 víctimas mortales, entre ellas varias personas del plantel del equipo. 8 de diciembre de 1987: el avión en el que viajaba el Alianza de Lima tras medirse al Deportivo Pucallpa por el torneo peruano cayó al Océano Pacífico. Murieron 43 personas, entre ellas 16 jugadores y el técnico del equipo. 27 de abril de 1993: el avión militar en el que se encontraba la selección de Zambia se estrelló, dejando 30 víctimas, 18 de ellos internacionales. 28 de noviembre de 2016: la aeronave en la que viajaba el Chapecoense, finalista de la Copa Sudamericana, se estrelló en Antioquia (Colombia) y 71 personas perdieron la vida, 19 de ellos jugadores.
Fue lanzado este jueves en Medellín y es protagonizado por un policía que le salvó la vida a una de las víctimas del accidente aéreo. Se trata de un homenaje a las 71 personas fallecidas y a los seis sobrevivientes de la tragedia. El documental cuenta la historia de un policía héroe que le salvó la vida a Helio Neto, el último sobreviviente del desastre sucedido el 28 de noviembre de 2016. Su director es el intendente Edison Vanegas, jefe de comunicaciones de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá. “El acto heroico que se hizo para salvar algunos de los sobrevivientes entre ellos Helio Zampier Neto, zaguero central del equipo Chapecoense, a quien el teniente Marlon Lengua de la Policía Nacional logró rescatar después de que se creía que ya no había más personas con vida”, describió Vanegas. La producción dura 42 minutos, tiene testimonios exclusivos grabados en Brasil y en Colombia y recrean los momentos de una tragedia que enlutó al fútbol. El teniente Marlon asegura que lo mejor de su hazaña fue reencontrarse en un abrazo con Helio Neto. La prueba de fe que vivió el deportista fue el insumo principal para el documental, que además revela que tres días antes de la tragedia Helio Neto soñó con la tragedia y que sobrevivió.
En la mañana de este sábado, 18 de mayo, se están presentando dificultades de movilidad en la avenida El Dorado, por cuenta de manifestaciones de la Organización Sindical de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Sihtac), en contra del director de la DIAN, Luis Carlos Reyes.>>> Más sobre la protesta: Manifestaciones en la calle 26 bloquean paso al aeropuerto El DoradoLa movilidad en la calle 26 está colapsada sentido oriente-occidente y las personas que se dirigen hacia el aeropuerto El Dorado se están viendo afectadas.Varias rutas de Transmilenio están tomando vías alternas o no están funcionando, debido al bloqueo.Por manifestación en la avenida El Dorado, informa Transmilenio, las siguientes rutas alimentadoras tienen afectación: 16-1 Tierra Grata, 16-2 Engativá Centro, 16-3 Álamos, 16-4 Muelle, 16-6 Faena, y 16-14 Aeropuerto.
Entre los lugares más queridos para degustar un buen plato en Bogotá se encuentra Crepes & Waffles, un establecimiento que ha conquistado los corazones y paladares de muchos. Sin embargo, su popularidad a menudo se traduce en largas filas de espera. Pero no se preocupe, le contamos cuáles los mejores horarios para disfrutar de Crepes & Waffles sin la tediosa espera.>>> Cinco platos de Crepes & Waffles que debe probarHorarios estratégicos para una visita tranquila en Crepes & WafflesEntre semana: las mañanas de lunes a viernes son su mejor apuesta. Llegar justo cuando abren, alrededor de las 11:45 a.m., le permitirá ser uno de los primeros en línea.Tardes relajadas: si prefiere una visita por la tarde, opte por los horarios cercanos al cierre, especialmente de lunes a jueves, cuando el flujo de clientes suele disminuir.Fines de semana: aunque los fines de semana pueden ser complicados, las mañanas siguen siendo una opción sólida. Intente llegar temprano, cerca de las 8:00 a.m., para evitar las multitudes.Consejos para evitar filasPlanifique con antelación: considere llamar al restaurante antes de su visita para preguntar sobre el tiempo de espera actual.Evite las horas pico: tradicionalmente, las horas de almuerzo y cena son las más concurridas. Si puede, evite estas horas para asegurarse un lugar sin esperas.Flexibilidad: si su horario lo permite, ser flexible con sus tiempos puede resultar en una experiencia gastronómica más placentera.>>> Lechona, el plato típico que lidera el ranking mundial de comida con cerdo¿Qué es lo más caro de Crepes & Waffles?El ítem más caro en el menú de Crepes & Waffles es un crepe para preparar en casa, el lomito pimienta, con un precio de $53.000. Respecto al crepe más caro, está el de camarones rosarito, salmon roll y mar encocado, los cuales tienen un precio de $37.900.Además, Crepes & Waffles vende una botella de vino Prosecco que cuesta $94.200.
Jornada clave en el Giro de Italia 2024. Este sábado, 18 de mayo, entre Castiglione delle Stiviere y Desenzano del Garda, se disputó la etapa 14 de la 'corsa rosa', que fue una contrarreloj que contó con un recorrido total de 31.2 kilómetros . Allí, Filippo Ganna (INEOS Grenadiers) se quedó con el triunfo del día, superando a Tadej Pogacar (UAE Team Emirates) que volvió a darle un batacazo a sus rivales.
Las autoridades continúan investigando el asesinato de un patrullero en Barranquilla, a quien le dispararon hasta ocasionarle la muerte. Tras las pesquisas, la Policía decidió aumentar la recompensa para quien pueda dar información del paradero de los responsables de este hecho.>>> También puede leer: Escándalo en la Policía: agente halló a su esposa con coronel Llerena, jefe de TransmilenioLa víctima ha sido identificada como Jaider Gregorio Amador Quessep, quien fue atacado en el barrio San Luis de la capital del Atlántico.El general William Salamanca, comandante de la Policía Nacional, lamentó lo sucedido y se solidarizó con la familia del patrullero Amador. Además, señaló que en las primeras indagaciones encontraron pistas de quién podría ser el responsable del sicariato."Hay unos indicios importantes que nos llevan a obtener pistas de quién sería el autor material e intelectual de este crimen", sostuvo el general Salamanca.Detalles del atentado sicarial contra el patrulleroSegún información reseñada por El Heraldo, el uniformado asesinado recibió tres impactos de bala en la cabeza en plena vía pública, más exactamente en la carrera 4A con calle 94. Al parecer, cuando estaba herido, logró buscar refugio en un vehículo, pero allí también fue alcanzado por los sicarios.Recompensa por información sobre el asesinatoEl general de brigada Herbert Benavidez, comandante de la Policía de Barranquilla, anunció una recompensa para las personas que brinden información que permita llegar a los responsables de este crimen.“En coordinación con la Alcaldía distrital se han dispuesto hasta 30 millones de pesos como recompensa por información que nos conduzca al esclarecimiento de estos hechos”, dijo el brigadier Benavidez.Tras una reunión con el general William Salamanca, la Policía decidió aumentar esta recompensa para acelerar la búsqueda de los responsables del homicidio.>>> También puede leer: En plena captura, ladrones de patineta en Bogotá se burlan de la Policía: ¿quedarán libres?Así lo confirmó el general: “Hemos ofrecido una recompensa, junto con el General Benavidez acordamos un monto de hasta 50 millones de pesos, para quien nos dé información certera que nos contribuya a esclarecer el crimen”.
En la mañana de este sábado, 18 de mayo de 2024, un grupo de sindicalistas tiene bloqueada la calle 26 con carrera 92 (sentido oriente-occidente), retrasando la movilidad hacia el aeropuerto El Dorado.>>> Zona 2 racionamiento de agua en Bogotá: barrios que tendrán corte el sábado 18 de mayoPor el momento, la empresa Transmilenio no se ha pronunciado sobre cómo se esta ejecutando el servicio para las personas que transitan esta importante vía de la capital de Colombia.¿Por qué es la manifestación en la calle 26?La Organización Sindical de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Sihtac) se citó en la av Calle 26 con carrera 92, edificio Conecta, para protestar por la “masacre laboral en cabeza del director de la DIAN, Luis Carlos Reyes”, indicó un representante.La organización asegura que se unió por la “estabilidad fiscal del país” y cuenta con el acompañamiento de 13 sindicatos.“Fuera, Reyes, de la DIAN”, alegan los manifestantes sobre la calle 26.Uno de los representantes dice que no se puede aceptar que se reduzca el recaudo “que es necesario para la vida de todos los colombianos”. Además, indica que el director de la DIAN está actuando en contra de la Constitución Política de Colombia.La Policía Metropolitana de Bogotá y funcionarios de la Alcaldía hacen presencia en la zona para acompañar a los manifestantes.Efectivos de la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (UNDMO), antiguo Esmad, también se desplazaron hacia la calle 26.Vea más: En medio de protestas de profesores por sistema de salud, docente denunció agresiones