Colombia es el segundo país con más infieles en Latinoamérica, según estudios internacionales

Los dos estudios más recientes sobre infidelidad en el mundo ubican a Colombia en el segundo lugar de los países con más número de personas infieles de Latinoamérica, después de Brasil y seguido por México, en el tercer lugar.

• Estas son las ciudades con más infieles en Colombia, según estudio

Los estudios fueron hechos por dos de las plataformas de citas más importantes del mundo. En el caso de Gleeden, de las personas consultadas en Colombia 446 mil aceptaron que han sido infieles en algún momento durante su la relación amorosa.

Según el psicólogo clínico experto en fenómenos sociales Andrés Gutiérrez, “6 de cada 10 mujeres son infieles, versus 8 de cada 10 hombres que son infieles”.

Agrega que muchas parejas terminan siendo infieles por “hechos como caer en la rutina, caer en la tentación, la seducción, la monotonía de las relaciones”.

A este panorama se le suman los resultados de la aplicación de citas para casados Ashley Madison, que dio a conocer el listado de las 10 ciudades del país con mayor número de personas infieles.

El primer puesto es para Rionegro, seguido por Medellín, luego Tunja, Bucaramanga, Tuluá, Bogotá, Pereira, Villavicencio e Ibagué.

Los estudios también arrojan que cada vez más, las nuevas generaciones se niegan a la monogamia y apunten a tener relaciones con acuerdos de pareja que permitan una convivencia más abierta.

Impacto psicológico de la infidelidad

La infidelidad es un acontecimiento que puede tener profundas repercusiones emocionales y psicológicas en una persona. La traición de la confianza íntima puede generar un torbellino de sentimientos negativos que afectan la salud mental y el bienestar de quien la experimenta.

En primer lugar, la infidelidad puede desencadenar una profunda sensación de traición y pérdida. La persona engañada puede experimentar un dolor emocional intenso, similar al de una pérdida de ser querido. La confianza, un pilar fundamental en cualquier relación, se rompe, generando sentimientos de angustia, ira, confusión y tristeza.

Además, la autoestima y la autoconfianza pueden sufrir un duro golpe. La persona traicionada puede comenzar a cuestionarse su valía personal y sentirse insegura acerca de su atractivo, competencia o habilidades emocionales. Estos sentimientos de inferioridad pueden persistir incluso después de que la relación se haya terminado.

La infidelidad también puede desencadenar ansiedad y depresión. Los pensamientos obsesivos sobre el engaño, el miedo a ser traicionado nuevamente o la sensación de no ser suficiente para el otro pueden llevar a una constante preocupación y a un estado de ánimo deprimido. Estos síntomas pueden interferir en otras áreas de la vida, como el trabajo, las relaciones sociales y la salud física.

Es importante destacar que cada individuo reacciona de manera diferente a la infidelidad, y algunos pueden experimentar un proceso de recuperación más rápido que otros. En casos extremos, puede ser necesario buscar apoyo profesional, como terapia psicológica, para ayudar a enfrentar y superar las afectaciones emocionales causadas por la infidelidad.