Según las cifras otorgadas por los notarios, en el primer trimestre de 2023, 2.133 parejas se separaron en Colombia, es decir, en promedio 28 cada día y una cada hora. De acuerdo con Eduardo Durán, presidente del Colegio de Notarios, las principales razones por las cuales las personas deciden terminar con su matrimonio es por asuntos que no son realmente graves.
“Porque no se comprendieron, por el tema económico, porque no están dispuestos a contribuir ambos en igual forma para el sostenimiento del hogar que han conformado o, simplemente, porque quieren seguir llevando la vida de solteros”, manifestó Durán.
“Tenemos ejemplos de matrimonios absolutamente fugaces en donde llegan de la luna de miel y ya quieren divorciarse, entonces, eso quiere decir que las parejas no estaban preparadas”, agregó.
Jonathan Irreño, psicólogo de pareja, comenta que las causas de un divorcio pueden estar asociadas a la dificultad en la adaptación al nuevo estilo de vida, la mala distribución en las tareas del hogar, los celos, la desconfianza, la infidelidad, la violencia física y/o psicológica, que en otros tiempos se había normalizado.
“Estamos en una sociedad con baja tolerancia a la frustración”, apunta Irreño. Es por esto que, según él, las personas deberían prepararse para asumir las responsabilidades y corresponsabilidades que conlleva el matrimonio para evitar malas situaciones dentro de una relación de pareja.
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El psicólogo señala que la preparación se debe hacer a nivel general, mental y emocionalmente, haciendo un análisis interno que le permita a las personas identificar si están listas para asumir el reto que representa este compromiso.
“Muchas veces, en el afán de iniciar una relación bajo el matrimonio con alguien, se da poco tiempo de conocerse”, afirma. El experto recomienda que, antes de tomar la decisión de realizar una unión conyugal, lo mejor es validar si los proyectos de vida de los involucrados se encuentran alineados o si las diferencias que tienen como pareja son determinantes o no dentro de la relación.
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Asimismo, propone no precipitarse en la decisión sin antes identificar si se está completamente satisfecho con la forma de recibir amor por parte de la pareja, ya que cada quien tiene su propia forma de demostrarlo. “Tener el tiempo prudente para evaluar estos puntos es fundamental”, puntualiza.
Según Irreño, el tiempo prudente depende del avance y la evolución de cada pareja, y qué tanto han llegado a conocerse y reconocerse. “Más que un tiempo específico es adquirir mayor consciencia”, explica.
Finalmente, apunta que es importante analizar la escala de valores personal y ver si es compatible con la persona con la que, se supone, se compartiría por el resto de la vida, puesto que hay valores que no son negociables, no por falta de flexibilidad, sino porque son fundamentales para cada persona, como el respeto y la lealtad.
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