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Apoyada en la tecnología, empresa paisa busca soluciones para el desperdicio de comida y el hambre

Con una aplicación, Eatcloud conecta bancos de alimentos con fundaciones. En Colombia se botan 9.7 millones de toneladas de alimento al año.

Desperdicio de comida

Eatcloud es una empresa en Medellín que nació en torno a la solución de un gran problema mundial: el desperdicio de comida y el hambre.

“Miles de toneladas de alimentos se botan día a día en puntos de venta, plantas o centros de distribución y eso alimenta un problema gigante de impacto económico, social y ambiental y es el desperdicio de alimentos”, señala Jorge Correa, CEO y fundador de Eatcloud.

“Para nosotros es muy paradójico que en un país como Colombia, tan rico en alimentos, haya tantas personas, más de 10 millones de personas, que están en inseguridad alimentaria”, dice Alexánder Zapata Restrepo, del Banco de Alimentos Saciar.

En Colombia se botan 9.7 millones de toneladas de alimento al año, con esta comida desperdiciada se podría alimentar a 8 millones de personas, esos son casi los habitantes de Bogotá.

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Eatcloud es una aplicación que, a través de la inteligencia artificial, conecta a donantes de alimento con poblaciones necesitadas.

“Eatcloud hoy conecta a más de 1.800 puntos de venta, plantas y sedes de industrias de alimentos, retail o supermercados, restaurantes, hoteles y próximamente productores agrícolas, con más de 2.000 fundaciones sin ánimo de lucro que tienen población vulnerable y con nuestra red de bancos de alimentos que en total son 22”, explica Jorge.

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Una solución ecosistémica y esto lo que quiere decir es que conecta a todos los puntos donde se están desperdiciando alimentos con quienes más los necesitan.

“Sabemos dónde están las fundaciones, sabemos qué población atienden, y conocemos también las capacidades de los bancos de alimentos que tienen una gran logística pensada”, señala Correa.

Con una trayectoria de más de 50 años en el mundo, los bancos de alimentos tratan de mitigar el desperdicio de comida y en Colombia hace 22 años rescatan lo que otros desechan y los llevan a las mesas y las almas de quienes padecen hambre.

La acción no es nueva para ellos, pero lo que sí dinamizó su misión fue la tecnología que hoy Eatcloud pone a su disposición y que se traduce en el aumento del alimentando que recaudan.

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A través de la inteligencia artificial, Eatcloud busca hacer el emparejamiento perfecto. Las grandes donaciones se van a los bancos de alimentos, y las pequeñas a las fundaciones. La aplicación permite considerar todas las variables para garantizar que lo que está disponible llegue exactamente al lugar donde se necesita.

“Le entregamos a los donantes la data analítica del impacto económico, social, ambiental de la operación, permitiéndoles tener mil motivos para entregarnos ese alimento antes de botarlo a la caneca”, subraya Correa.

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Cadenas que desde hace décadas persisten en su objetivo de desperdicio cero, encuentran en Eatcluod un aliado para avanzar en la consecución de metas de responsabilidad social.

“Los productos que todavía siguen siendo aptos para el uso y consumo humano se toman de la Góndola, se revisa su fecha de vencimiento, se lleva un lugar específico, se revisa que esté con todas las condiciones perfectas para poder ser entregado a las instituciones aliadas. El año pasado logramos entregar más de 2.000 toneladas de productos que pudieron utilizar las personas más vulnerables de todo Colombia”, destaca María José Mejía, directora de la Fundación Éxito.

Una aplicación que está cambiando vidas.

“El 11 de noviembre de 2019 arrancamos con las primeras donaciones. Yo parecía loca con esa plataforma. Nunca nos ha faltado el alimento, están siempre ahí las donaciones”, recuerda Isabel Cristina Rengifo, directora de la Fundación Corazones Alegres.

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Aunque según Alexánder Zapata no se recoge ni el 1% de lo que se desperdicia en el país, aun así los logros son inmensos.

“Y el año pasado atendimos a más de 300.000 personas a través de 937 instituciones de todo tipo, de niños, de ancianos, jóvenes y discapacitados”, dice Zapata.

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“Estamos tratando de hacer ese llamado a la industria de alimentos para que vincule más puntos, necesitamos cada vez generar más conciencia en la industria para que se den cuenta de que con esa comida que posiblemente están botando a la caneca podemos alimentar a miles de personas”, apunta Correa.

Una empresa de impacto social y ambiental que se proyecta como una compañía con gran potencial de crecimiento.

“Estamos ya empezando a pilotear la operación en México y en Argentina y próximamente lo haremos en Chile, en Perú, en Ecuador, Estados Unidos y Canadá”, agrega.

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