Desde sus celulares, los miembros de las estructuras criminales Pachelly y El Mesa espiaban cada uno de los movimientos de la Policía con cámaras de seguridad que instalaron por las calles del municipio de Bello. Las autoridades lograron desmantelar esta red de vigilancia criminal compuesta por 46 cámaras.
“Empezamos a detectar que cuando llegábamos a estos puntos críticos donde se cometían varios delitos, sobre todo el homicidio, ya no encontrábamos a la persona que ellos dejaban como campanero, sino que era un lugar totalmente solo y tranquilo”, explicó el coronel Daniel Mazo, comandante operativo de la Policía del Valle de Aburrá.
Los delincuentes las ubicaron en los postes de alumbrado público de algunos barrios hace unos cuatro meses, usaban cámaras de diferentes tipos para hacerle creer a las autoridades que eran instaladas por la comunidad y no levantar sospechas.
“Detectamos que las estaban utilizando para controlar la llegada de la Policía y también para controlar la llegada de los otros grupos delincuenciales con los cuales ellos tienen la confrontación en este momento”, añadió el alto oficial.
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“Eran operadas por grupos delincuenciales al margen de la ley en los barrios Mesa, Andalucía, Prado Centro, Buenos Aires, Pachelly y El Ducado”, advirtió Daniela Ortega, secretaria de Gobierno de Bello.
Según las autoridades, la inversión para adquirir estas cámaras de alta tecnología es producto de las rentas criminales, cada una avaluada en unos 60 millones de pesos.
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“Esas son cámaras que les ponen un sistema que va a estar en la nube, o sea, las monitorean prácticamente desde celulares iPhone. Lograr ubicarlos ha sido difícil, pero ya tenemos uno de esos”, indicó el coronel Mazo.
La Policía Metropolitana del Valle de Aburrá continúa investigando y verificando si hay más dispositivos de este tipo en la ciudad.
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