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Controversia por el presunto envenenamiento de un jaguar en Frontino

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Las sensibles imágenes del felino muerto destrozan el corazón de los ambientalistas. El alcalde local y Corpourabá se pronunciaron.

Pero “el tema es más largo y complejo”, dice el alcalde de Frontino, Jorge Hugo Elejalde, mientras comienza a sacar de todos los vericuetos los detalles de esta historia que se da como un hecho en redes sociales y de la cual aún hay más dudas que certezas.

Según el mandatario, las fotos en las que se ven varios hombres cargando el cadáver de un jaguar, en las que se ve una posible ubicación grabada desde las redes sociales, vienen circulando en esas plataformas desde hace por lo menos 20 días.

Con su versión coincide Vanesa Paredes, la directora de la autoridad ambiental en la región, Corpourabá.

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También un defensor de esos animales, que prefiere no ser identificado, quien da una fecha similar sobre la aparición de las imágenes, cuya divulgación tomó fuerza el primer fin de semana de mayo.

Pero allí los caminos de las tres fuentes se separan porque los dos primeros no han podido corroborar lo que campesinos del área rural han dicho y lo que el ambientalista reitera: en la zona de Carauta murió por envenenamiento un jaguar.

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El lugar está en una zona de protección ambiental nacional, a donde se llega luego de un recorrido de 90 minutos en auto desde el casco urbano de Frontino y después de caminar cinco horas, pues no hay otra manera de hacerlo.

El hecho que rasga las vestiduras de los defensores de animales ha significado la tranquilidad de unos 1.000 campesinos que, según el alcalde, veían como en reiteradas ocasiones las semovientes en varias veredas fueron atacadas.

“Empezaron a atacar, a matar el ganado, las vacas, los caballos, se cuenta que pudo haber por lo menos 40 muertes de semovientes. Una noche a un campesino le mataron seis terneros. Cada uno cuesta 500 mil pesos. Cada semoviente 2 millones. Haga la cuenta”, explica el alcalde.

Sin embargo, eso no es lo más grave de la historia. A las fotos de reses destrozadas circulando en los teléfonos móviles de los campesinos se sumó una ‘fake news’: la imagen de un hombre muerto del que se decía había fallecido por culpa de los felinos.

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“Circuló una foto de un muerto en Sri Lanka (país asiático) y los niños, mucho antes de la cuarentena del coronavirus, no volvieron a salir a estudiar; 18 niños de la vereda El Salado en Carauta no tenían sino que caminar tres horitas pa ir a estudiar”, afirma el mandatario.

Esa información y los reportes de las minas antipersonal y enfrentamientos entre el Clan del Golfo y el ELN se le mezclaron al alcalde, que pidió, según él, ayuda de Corpourabá y de la Gobernación de Antioquia para aliviar la situación.

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“¿Se imagina usted una foto de un niño atacado por un animal de esos?”, cuestiona.

Un día de febrero, que no sabe especificar cuál fue, el alcalde recibió noticias del jaguar. Las últimas. Llegaron a su celular. Eran varias imágenes en las que se le veía muerto.

Aunque él no ha podido corroborar dónde ocurrió, tiene dos versiones que le dan a pensar que sí pudo haber sucedido: la de los campesinos que dice que el jaguar de la foto fue envenenado en la zona de Platanares, en Carauta, y otro que estaba haciendo daños en La Campiña y lo cazaron en San Mateo, pero del que no hay registros.

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Y que desde que conoció de esas imágenes cesaron las denuncias de los ataques a los semovientes.

“Salí por la emisora pidiendo que no los mataran, no se volvió a saber nada de los animalitos, que se escondieron más pa’l monte, puede ser”, atina a decir el alcalde Elejalde.

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Y aunque la tranquilidad parece haber llegado para los campesinos, no es así para quienes piden no acabar con el jaguar, una de las más imponentes especies que tiene Colombia.

Tampoco para el alcalde, pues asegura que esto se podría haber evitado, si los funcionarios de Corpourabá que liberaron a los felinos lo hubieran hecho selva adentro.

“No los llevaron a la selva sino que los dejaron en límites de la selva y parcelas. Les dio pereza caminar y soltaron los animales ahí, uno se quedó en Carauta y el otro se fue a La Campiña”, explica el alcalde.

Vanesa Paredes, la directora de Corpourabá, lo niega y afirma que la liberación se hizo, pero de un solo animal y que fue en 2018.

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Además, manifiesta que “estamos haciendo todas las indagaciones. Creemos que es una foto reencauchada, circuló hace varios días, tenemos evidencia de que es la misma foto, la misma información”.

También dice que en la reserva forestal protectora nacional de Carauta, que es un corredor natural de felinos”, “estamos realizando todas las acciones de formulación de plan de manejo del conflicto entre felinos y humanos, priorizando esta zona, apoyados con Fundación Pantera, que tienen experiencia en estos temas”.

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