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"Este vertimiento está consumiendo las aguas": los tubos que enferman al río Magdalena

El vertimiento durante años de aguas tratadas por una planta de petróleo está causando un grave daño ambiental que ya es visible en la salud humana.

Familias campesinas de una zona rural de Yondó, Antioquia, en límites con Barrancabermeja, el puerto petrolero más importante del país, denuncian que las malas prácticas extractivas están comprometiendo la vida.

La vista sobre el muelle de Barrancabermeja muestra un imponente río Magdalena de aguas tranquilas. Sin embrago, en sus orillas gigantescos tubos de desagüe vomitan agua contaminada  afectando a dos departamentos limítrofes fluviales: Santander y Antioquia.

Y en la que parecería ser la defensa de un río enfermo, éste devuelve sus aguas contaminadas a las comunidades ribereñas causándoles daño.

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El caso más crítico lo encontramos en la vereda El Dique en Yondó, Antioquia. Es una vereda de familias pescadoras, que denuncia el vertimiento de aguas contaminadas que los está enfermando y que tiene origen en un tubo de gran capacidad que sale de una zona petrolera y va a dar al río de donde la comunidad se surte.

"Este vertimiento está llegando a las aguas del río Magdalena y es el agua que ellos consumen, ellos se abastecen de esa agua y la situación es compleja, hay una comunidad, hay niños, adultos mayores y consumen de esa agua, esa es la realidad", asevera Óscar Sampayo, presidente de la Corporación Nacional Yariguíes y defensor de los Derechos Humanos.

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Un rosario de quejas y reclamos tiene la comunidad, enferma por el agua que consume y que sale del tubo.

"Quiero que Ecopetrol nos dé la solución sobre el tubo. Se han hecho unos pozos perforados para tomar agua y el agua sale. Usted la oliera; eso sabe a puro petróleo", asegura Germán González,  habitante afectado de la vereda El Dique.

Carlos Pérez hace tres años compró una pequeña parcela con el ánimo de cultivar peces, pero el agua mala del río lo está desplazando.

"Se me murieron una cantidad de pescados cuando estaban grandecitos, estaban necesitando agua, mandé a hacer el pozo. Les echo el agua y se murieron las cachamas; 4 mil cachamas, ahí se acabó el plante que yo tenía”, cuenta.

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A Carlos, como a muchos en la vereda, se le acabaron los peces y las ganas.

Más adelante está el hogar de Albertina y Bruno, ellos padecen los mismos rigores por el agua mala, son campesinos ribereños que se ven obligados a comprar agua en bolsa a diario.

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"Desde que pusieron ese tubo allá nos ha perjudicado a toda esta vereda por acá, los niños se han enfermado, le sale a uno mucha rasquiña en el cuerpo, esta agua la sacamos ayer y eso que le boté un poco de nata", explican ellos sobre la mala calidad del líquido.

Pero si el tubo tiene la culpa, ¿quién lo puso? La respuesta la tiene el concejal Yoseb Molina.

"Acá se evidencia que el canal de contaminación que está vertiendo Ecopetrol se une con el río Magdalena y quiero que se evidencie la problemática porque hay un asentamiento humano, donde su única captación de agua es el río Magdalena. Realmente quisiéramos conocer los estudios, saber qué clase de contaminación está vertiendo Ecopetrol acá", afirma el político.

Ecopetrol reconoce tener dos puntos de vertimiento de aguas industriales con monitoreo.

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Henry Castaño Grajales, gerente de producción (e) de la Refinería de Barrancabermeja, responde: "Un laboratorio externo hace un monitoreo semestral para garantizar el cumplimiento de los parámetros de calidad que son comprometidos con Corantioquia (que es la autoridad ambiental regional) el cual dio el aval para estos dos vertimientos. Ecopetrol no está haciendo contaminación de cultivo o terreno".

¿Pero existe un modelo de explotación petrolera que no contamine? El exministro Manuel Rodríguez tiene la respuesta.

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“Es posible hacer explotación y exploración petrolera con mínimos daños a las fuentes hídricas y el medio ambiente porque existen hoy las tecnologías para hacerlo. El punto es que Colombia tendría que exigirles a las petroleras que se utilice esa tecnología de punta. Cuando no lo hacen, es que la autoridad ambiental es floja y Colombia tiene una autoridad ambiental muy floja, no hace la monitoria y el seguimiento que se debe hacer”, explica el experto.  

El pulso  entre agua y petróleo está vivo en el Magdalena Medio. Miles de habitantes están parados sobre tierra extractiva, pero el agua -su mayor tesoro- está en riesgo.

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