Siete gatos que sobrevivieron a la incineración de un refugio animal en Santa Marta llegaron a Medellín con el objetivo de encontrar una familia que los cuide y les dé cariño.
Aunque les quemaron a sus seres queridos, lo que no lograron incinerar fueron las ganas de vivir de estos valientes felinos, que ahora tienen una segunda oportunidad gracias a la veterinaria Happy Pets Club y la Fundación Con Vida Felina.
"Ellos merecen una segunda oportunidad, son animales, son seres vivos, sienten y así como nosotros merecen todo el amor del mundo", aseguró Juliana Ruíz, auxiliar veterinaria de Happy Pets Club.
La médica veterinaria Lina Hernández, por su parte, destacó la fortaleza de estos felinos: "Primero son unos guerreros, en todo el sentido de la palabra. Hay unos que no la alcanzaron a lograr en la veterinaria, el día del viaje se nos quedaron dos y antes del vuelo se murieron dos de ese día del incendio".
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Aunque algunos de los gatos llegaron un poco desnutridos y con parásitos, la doctora Hernández explicó que eso se puede solucionar con paciencia y amor. "Los más guerreros son de un mes; todos están desnutridos y tienen muchos parásitos", detalló. Además, la médica veterinaria destacó la importancia de encontrar hogares responsables y amorosos para estos felinos que han pasado por tanto sufrimiento.
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Desde la veterinaria Happy Pets Club y la Fundación Con Vida Felina están comprometidos en brindarles a estos gatos la mejor atención posible para que puedan recuperarse y encontrar un hogar que les dé todo el amor que merecen. "Por lo que pasaron, debemos asegurarnos de que queden en muy buenas casitas y que vayan a recibir mucho amor", dijo Hernández.
La médica veterinaria también destacó la labor de Lina Hernández, una voluntaria que estuvo presente en el refugio en Santa Marta y que se ha encargado de cuidar y proteger a los gatos desde entonces. "Ella es la principal motivación para nosotros. Nos conmovió mucho haberla visto con los que rescató. De ese lugar no se movía ella, era todo el tiempo ahí", relató la doctora Hernández.
A pesar del doloroso pasado que han tenido que enfrentar, los siete gatos se muestran felices y se han adaptado bien al clima de Medellín. Ahora solo queda esperar que encuentren hogares amorosos que les brinden el cariño y la protección que merecen para disfrutar de sus seis vidas restantes.
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