A pocos días de la reapertura en Medellín, las cifras de contagio y de ocupación UCI en Antioquia se dispararon de nuevo. El drama por lograr atención en una de estas unidades cada vez es mayor.
Doña Guillermina, a sus 81 años, es el rostro visible del drama que viven miles de familias en Antioquia por el COVID-19.
Reconoce que tras una fiesta familiar donde gran parte de los asistentes resultaron contagiados, cuatro de sus primas, entre los 50 y 79 años, murieron luego de perder la batalla contra el virus.
“A mí me dolió mucho y sobre todo que yo no pude ir ni a verlas, ni nada, tenía que cuidarme”, cuenta Guillermina Hernández.
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En contexto: Continúa la polémica por decisión de Daniel Quintero de desmontar camas UCI en Medellín
Aunque al final fueron atendidas, la dificultad para ubicar una UCI por la alta demanda pasó factura. Hoy la lista de espera por una cama de cuidado crítico en Antioquia es de 122 pacientes.
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“Es que no hay, están todas agotadas, lo que tenemos es que cuidarnos nosotros. Bueno si ya nos toca es porque nos toque, pero de verdad que uno tiene que cuidarse”, dice la mujer.
Ante el panorama y después de las de las declaraciones del alcalde de Medellín, Daniel Quintero, sobre el deescalonamiento de camas, la Seccional de Salud de Antioquia aseguró que el desmonte solo se hará cuando haya reducción en el número de pacientes.
“Las 11 camas que se han cerrado en el departamento, seis son de Rionegro y las otras son de la ciudad de Medellín, ha sido por movimientos internos de personal o por tema de insumos”, explica Lina Bustamante, secretaria de salud de Antioquia.
Solo en las últimas 24 horas, la región registró 3.125 nuevos casos y la ocupación no baja del 97%.
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“Hemos pasado de un promedio de dos mil casos a tres mil casos, adicionalmente la positividad nos aumenta, aumentando también el número de pruebas, teníamos una positividad del 24% y hemos llegado a una positividad del 29, 30%”, subraya la funcionaria.
Ante la escasez en algunos momentos, los médicos han tenido que acondicionar espacios.
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“Algunos por su situación las instituciones han tenido que inturbarlos en servicios de urgencias o en quirófanos, entonces tenemos aproximadamente 40 personas que están en esta situación”, señala.
La vacunación sigue siendo la gran esperanza en medio de este pico de contagios, pues ahora la edad promedio de víctimas paso de 75 a 50 años.
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