El delincuente fue abatido el 2 de diciembre de 1993 tras provocar una fratricida guerra que dejó centenares de miles de víctimas en Colombia.
El lugar donde yacen sus restos en un municipio vecino de Medellín, en el cementerio jardines Montesacro, fue adornado con flores blancas, amarillas y rojas por desconocidos.
La tumba del narco, que llegó a ser el más buscado del mundo por su peligrosidad, se convirtió en sitio atractivo para turistas que quieren conocer su historia.
Pablo Emilio Escobar Gaviria murió baleado en el techo de una casa en el barrio La América, en el centro occidente de Medellín, cuando intentaba escapar de un cerco policial.
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Su carrera en el crimen inició como ladrón de autos, siguió como contrabandista y posteriormente intentó ocultar su negocio ilegal inmiscuyéndose en la política.
Escobar lideró uno de los carteles que más daño le hizo durante dos décadas a Colombia: el de Medellín.
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