Advertisement

Advertisement

Advertisement

Advertisement

Push Noticias Caracol
Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
Ahora no
Activar

Advertisement

La apuesta de dos emprendedores por exaltar la tradición cafetera del occidente antioqueño

La apuesta de dos jóvenes emprendedores por exaltar la tradición cafetera del occidente antioqueño

Los ‘agromillennials’ cuentan historias de su tierra, sus tradiciones y sus orígenes a través de una buena taza de café.
Dos emprendedores oriundos de Cañasgordas están cautivando a locales y foráneos con café cultivado en el occidente antioqueño, pero ¿qué hace diferente a este emprendimiento y también cómo está aportándole a la identidad regional?
Teníamos que darle valor agregado a la caficultura y a mi vereda, El Canelo. Allí tenemos 54 familias de productores de café y es un trabajo no muy bien remunerado”, cuenta Julián Cardona, emprendedor. 
Después de hacer grandes esfuerzos en compra de maquinaria y más aprendizaje sobre el producto, los emprendedores comenzaron a demostrar que Cañasgordas también figuraba en el mapa de la economía antioqueña.
“Cada vez nos interesamos más por fortalecer un concepto que puede vender la región. Tenemos alrededor de 20 mil fincas cafeteras en el occidente, pero el promedio de edad de los productores puede ser de 60 años”, relata Julián.
Además, tienen tres tiendas ubicadas en Santa Fe de Antioquia, Cañasgordas y Apartadó, donde se generan 16 empleos directos y formales.
“Lo que se encuentra una persona cuando va a nuestras tiendas experienciales de café son unas historias que se esconden detrás de esa taza, toda vez que esas pequeños caficultores han sido invisibilizados en la mayor parte de la historia de la caficultura del occidente antioqueño”, explica Gabriel Mazo, emprendedor.
Más allá del producto, lo que conquista a todos los que conocen del proceso es lo que hay detrás de él: ese trabajo duro que va generación tras generación
“Quiero aprender cómo ustedes hacen el café y cómo lo hacen en las fincas también”, comenta Seniel Deve, turista.  
“Yo soy una amante del café, tomo varias tazas de café al día y amo el café de distintas partes del mundo y el café colombiano es muy rico”, resalta Kabita Probuker, turista.  
Es el café más dulce del mundo, tiene unas notas que no necesita azúcar, no es tan amargo. Y digamos que genera un poquito como de enganche”, destaca Nicolás Zapata, guía turístico.
Para Julián y Gabriel faltan muchas cosechas de café por compartir, pero cada día los frutos que encuentran les dan razones para seguir adelante.
“Hacer un poco de marketing territorial e intentar voltear las miradas del mundo a esta región por la caficultura específicamente”, manifiesta Gabriel Mazo, emprendedor.
Los ‘agromillennials’ seguirán contando historias de su tierra y de sus orígenes a través de una taza de café; exaltando las tradiciones y los valores propios de la cultura cafetera que se respira en el occidente antioqueño.

 

  • Advertisement