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Una tatarabuela en Bello cumplió 105 años de vida

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Las velas no caben en su pastel de cumpleaños. Los 105 años toca representarlos en números, pero a Antonia Arango no la trasnocha esta cifra, ella solo se preocupa por saber vivir y dice que no toda época pasada fue la mejor, asegura que este es el siglo de la comodidad.

Se cocinaba era con leña y se hacía de comer en piedras la mazamorra, las arepas, no había ni máquinas en ese tiempo. Era muy distinto ahora hay muchas cosas figúrese que ya ahora todo es molidito para los destinos”, comenta la tatarabuela.

Los destinos para la ‘Mamita Toña’ es el oficio de arreglar la casa, ese oficio que ella realizaba cuando vio pasar el primer avión que llegaba a Colombia.

Yo vi pasar un aparato que hacía un ruido bastante fuerte y cuando salí así al patio vi que era el avión”, recuerda Antonia.

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Esta tatarabuela asegura que lo que más le asombra de la época moderna, es el avance en transporte y telecomunicaciones.

“No había sino tranvías y no habían carros en ese tiempo, ya cuando salieron los carros, el tranvía no volvió a pasar”, relata.

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Mamita Toña tiene nueve hijos, 23 nietos, 27 bisnietos y 6 tataranietos, que admiran su capacidad para ver la vida con otros ojos, lo que le ha dado lucidez y jovialidad.

“Las frases que me ha dicho particularmente y nos dice a todas es “viva y deje vivir”, ”no tenga un novio tenga muchos” y siempre “cuídese bastante”, porque ella siempre se maquilla siempre esta impecable para recibir a la gente”, expresa Isabel Cristina Ramírez, la nieta.

Afirma su hija mayor, de 81 años, que ella no le pone reparo a nada.

 “Le dan sus legumbres, su buena sopa, le dan frijoles a pesar de que tiene 105 años, ella come frijoles, lentejas y todo”, dice Margarita Arismendi, hija

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A la mamita Toña le cantan para que los cumpla hasta el año 10 mil, porque ella misma afirma, que aún le queda mucho por vivir.

 

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