El viacrucis de la Semana Santa inició con una Plaza de Bolívar semivacía, sin presencia de fieles y un silencio que contrastaba en medio de la solemnidad de este Viernes Santo.
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Los tres obispos y catorce sacerdotes acompañaron a monseñor Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá, por cada una de las 14 estaciones cargando una cruz de madera en sus hombros.
En cada estación se elevó una petición por las situaciones dolorosas que afligen la humanidad.
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Aunque la presencia de fieles no estaba permitida, algunos se acercaron hasta la catedral siguiendo la procesión a la distancia.
Las aglomeraciones y la seguridad en el sector estuvieron a cargo de 25 policías y 60 soldados del batallón guardia presidencial.
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