El caso de Sofía, con un solo mes de vida, es visto como un milagro en el Hospital de Meissen de Bogotá, donde nació tras un parto complicado y con varias afecciones que comprometían varios de sus órganos.
Su mamá, Tomasa Polanco, una joven venezolana de 20 años, no pudo asistir a los controles prenatales de rigor debido a la pandemia.
El 4 de agosto llegó al Hospital de Meissen y dio a luz a Sofía.
Sin embargo, al nacer la niña no respiraba y necesitó de ventilación mecánica. Sumado a esto, padecía una infección que comprometía varios órganos.
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“Tenía problemas respiratorios, su corazoncito no bombeaba bien, tenía una bacteria en la sangre y tenía hongos en la orina”, detalló su mamá.
Después de 20 días en la UCI la bebé fue dada de alta, aunque requería oxígeno para recuperarse en casa, en la localidad de Ciudad Bolívar.
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“Al salir del Hospital Meissen tuvimos un accidente, nos llevó (atropelló) un carro. Me la trajeron porque tenía una fractura en la cabeza”, contó Tomasa.
“La menor reingresó con una lesión a nivel de sistema nervioso central y fractura de cráneo”, explicó Ruth López, referente de neonatología de la Subred Sur y quien agregó que se le practicaron varios exámenes y cuidados exhaustivos durante ocho días.
El 2 de septiembre, finalmente, la niña fue dada de alta y, además, no necesitó más el uso de oxígeno.
“Gracias a Dios y a ellos (personal médico de Meissen), mi hija ya salió de peligro y hoy sí me la puedo llevar a mi casa”, dijo la feliz madre, ya con su bebé sana en brazos.
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