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En grave incendio termina operativo de desalojo de 1.200 personas en Suba

En grave incendio termina operativo de desalojo de 1.200 personas en Suba

Autoridades dicen que una señora inició las llamas en una de las improvisadas casas que iban a ser desocupadas por estar en la ronda del río Bogotá. 
El Distrito no descarta que otros habitantes del sector también estén detrás del incendio, ya que se identificaron varios focos. 
Seis personas han resultado afectadas por inhalación de humo, dos de ellas tuvieron que ser trasladadas a un centro asistencial.
Dos carrotanques, tres máquinas extintoras, una unidad de rescate y tres camionetas de los bomberos se desplazaron a la zona. 
Antes de que se presentara la conflagración se habían reportado enfrentamientos entre el Esmad y habitantes del sector. 
El desalojo 
Los predios, que no podían ser ocupados por estar cerca de la ronda del río Bogotá, fueron invadidos desde 2016.
“Nosotros vamos a seguir aquí. Si nos tumban los ranchos, volvemos a levantarlos hasta que nos reubiquen”, había indicado antes del incendio Beatriz Murillo, residente del lugar.
Al igual que ella, sus vecinos armaron rudimentarias viviendas aseguradas con madera y material de polisombra, entre otros elementos. 
“No tengo para dónde irme, si tuviera ya lo habría hecho. No necesito que me maltraten ni me atropellen”, declaró por su parte Marlen Torres, otra residente. 
El operativo de reubicación era adelantado por cerca de 500 miembros del Esmad junto con funcionarios de la Secretaría de Gobierno y la Personería de Bogotá. 
La necesidad de evacuar a estas personas, según el Distrito, obedecía a que sus vidas estaban riesgo. 
“Estamos en temporadas de lluvias, una creciente súbita del río podría causarnos una emergencia mucho peor que la de Mocoa”, aseguró Álvaro Vargas, funcionario de la secretaría de Gobierno. 
El Distrito comunicó que, a lo largo del día, se facilitaría el abandono voluntario de las viviendas. Sin embargo, no descartó que quienes se resistan fueran desalojados por la Policía.
En la zona de invasión, adicional al riesgo de inundaciones, se reportaban problemas de inseguridad, como homicidios y microtráfico. 
Las autoridades estaban ofreciendo a estas familias tres meses de arriendo, dos mercados y oportunidades de empleo. 

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