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La historia de don Raúl Carvajal, quien murió exigiendo justicia por el crimen de su hijo militar

Decenas de personas se acercaron a la calle 13 con carrera Séptima, en Bogotá, donde permaneció durante años junto a su viejo camión. El COVID se lo llevó esperando respuestas.

Don Raúl Carvajal

Con la foto de su hijo en el pecho, don Raúl Carvajal luchó buscando respuestas y justicia por el crimen de su hijo durante más de una década.

Aseguraba que al suboficial –que llevaba su mismo nombre- lo mataron por negarse a cometer un falso positivo (ejecución extrajudicial) mientras hacía parte del Ejército.

En su viejo camión modelo 73 recorrió el país hasta llegar a Bogotá con la esperanza de que alguien lo escuchara, pero 15 años después, el COVID-19 se lo llevó sin conocer la verdad.

“Él tomó la decisión de salir a hacer público, que el mundo entero supiera, que a su hijo lo mataron, que su hijo no perdió la vida sirviéndole al país, sino que el amigo, el aliado, lo mató”, dijo su otra hija, Doris Carvajal.

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Desde que llegó a Bogotá, él y su camión se convirtieron en un referente del corazón de la capital, la esquina de la calle 13 con carrera Séptima fue por años su lugar de resistencia.

Doña Blanca Sandoval era prácticamente su vecina.

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“Era el diario vivir, estar ahí pidiendo como colaboración, como que el gobierno lo escuchara, como que las entidades grandes le colaboraran, y le ayudaran en su lucha”, recordó la mujer.

Desde las 8 de la mañana hasta las 5 de la tarde, don Raúl Carvajal se parqueaba con su camión, con las fotos de su hijo, con la fe de que algún día alguien se le acercara y le dijera: se hizo justicia.

“Nosotros vamos a retomar la tarea de mi padre, qué él, como el buen padre que fue, nos apartó, no se escondió para evitar, como dijo en esa reunión que tuvimos, que no tuviera que llorar a otro de sus hijos y hoy lo estamos llorando a él; no vio la justicia y no vio la verdad”, manifestó Doris.

Con admiración y profundo orgullo, el colectivo de las madres de los falsos positivos de Soacha también lo recuerdan.

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“Aunque no esté presente en cuerpo, siempre va a estar en nuestra fundación, siempre lo vamos a recordar como es ejemplo que nos dio de resistencia”, declaró Jackeline Castillo, vocera de Mafapo.

Con un sentido homenaje, colectivos sociales, familiares y amigos de don Raúl Carvajal le prometen que su legado continúa y quedará tatuado en el centro de Bogotá.

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