La venta de cadenas, bolillos y bates parece ser un negocio próspero en Bogotá ante la iniciativa de algunos ciclistas que, frente a los constantes hurtos, deciden armarse.
Daniel es uno de esos vendedores de bates y palos. Se ubica en los semáforos y dice que, ante la inseguridad, vende “entre 8 y 10 artículos” diarios para la defensa. No solo los ciclistas, también los conductores de carros los adquieren.
Y es que cerca del 30% del robo de bicicletas en Bogotá se comete con armas blancas. Los ciclistas se sienten indefensos, a merced de los ladrones.
Juan Camilo Loaiza, líder de esta población, afirma que "la inseguridad ha hecho que nos armemos: tonfas, machetes, cadenas, algunos llevamos otro tipo de elementos de protección, y hay otros que se arman hasta con revólver u pistola".
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Sin embargo, otros usuarios de bicicleta temen cargar algún tipo de defensa por el riesgo que implica reaccionar a un atraco.
"Me robaron una vez, pero opto por no cargar nada para defenderme porque eso es arriesgar la vida por algo material", explica Juan Camilo Loaiza, biciusuario.
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Para Fabián Munar, otro ciclista, armarse “genera ladrones de bicicletas mucho más armados y con armas más peligrosas”.
En el último mes, el robo de bicicletas en Bogotá ha crecido en un 59%. Según cifras del Distrito, 1.011 ciclas fueron hurtadas, mientras que, en el mismo lapso de 2019, les quitaron a sus dueños 636.
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