Según la Policía, tenían literalmente tomados más de 40 barrios de Bogotá, su rango de acción y amedrentamiento era el equivalente a una ciudad y una población como la de Cali. Lo peor es que su modo de operación se basaba en el sicariato, es decir, eliminar a jíbaros o expendedores que se convertían en competencia.
“Haber logrado la captura y desarticulación completa de alias ‘Camilo’ representa para la seguridad de Bogotá lo que en su momento representaba lograr dar de baja o someter a la justicia a un cabecilla del secretariado de las FARC, es de ese nivel”, explicó Claudia López, alcaldesa de Bogotá.
En contexto:
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A esta banda se le sindica de ser la responsable de alrededor de cincuenta homicidios en Bogotá y su renta criminal dejaba ganancias de más de 2.100 millones de pesos mensuales.
Al punto de que cada uno de los 18 integrantes de esta banda tenía roles específicos y salarios asignados.
“Un jefe de sicarios que recibía un sueldo fijo semanal de 500 mil pesos y por cada acción crinminal que desarrollaba si era contra un jefe de otra organización le pagaban entre 4 y 5 millones de pesos. Si era contra una administrador de otra organización, 3 millones; un surtidor, 3 millones; un acto sicarial, 3 millones y los que estaban en calle, hasta 2 millones de pesos”, explicó el coronel Jairo Baquero, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Bogotá.
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Según las autoridades, la totalidad de la banda fue desmantelada y enviada a la cárcel, incluyendo a su jefe máximo, alias ‘Camilo’.
Los cargos por los que se les acusa son concierto para delinquir, porte ilegal de armas, tráfico de estupefacientes y homicidio.
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