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Miedo a morir, angustia e incertidumbre: los sentimientos que genera el COVID-19 en muchos bogotanos

Los resultados de una encuesta realizada en la capital revelan un preocupante panorama en materia de salud mental a causa del coronavirus y el confinamiento.

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Hay preocupación en Bogotá tras conocerse un informe de salud mental realizado entre el 6 y 20 de julio por la Veeduría Distrital y la Fundación Saldarriaga Concha. Los ciudadanos expresan sentimientos recurrentes de incertidumbre y angustia.

El 84% de los encuestados dice estar preocupado por contraer coronavirus y el 70% teme morir a causa del virus. Esta situación ha detonado en que las llamadas de auxilio a las líneas de ayuda como ‘Piénsalo’ se incrementaron un 50%.

“Creemos que ha generado una gran incertidumbre, una gran desesperanza, esa idea que está calando entre algunos de que la nueva normalidad significa que no nos vamos a poder encontrar nunca más, que no nos vamos a poder abrazar nunca más”, manifestó Guillermo Rivera, veedor distrital.

Incertidumbre hacia el futuro y lo que este depara es uno de los sentimientos que más afloran durante esta pandemia: el 64% está preocupado por la situación social y económica, el 27% dice sentirse nervioso; de ellos, el 31% son mujeres y el 21% hombres.

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“Tiene una relación directa también con el rol de cuidado que es mucho más frecuente por parte de las mujeres con un elemento más que arrojó el censo y es que tenemos un incremento en los hogares uniparentales, es decir donde tenemos un número más alto de mujeres que están siendo o generando el sustento en la familia y esto incrementa la sensación de vulnerabilidad”, señaló Lina María González Ballesteros, médica psiquiatra de la Fundación Saldarriaga.

Desde la Veeduría Distrital hicieron un llamado a los gobiernos nacional y distrital para que la sensación de riesgo en esta pandemia vaya más allá de tener unidades de cuidado intensivo.

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“Ese gran tercer elemento de política pública tiene que ser una atención integral a las afectaciones de la salud mental”, subrayó Rivera.

Este informe también reveló que el 13% de los encuestados convive con una persona diagnosticada con alguna enfermedad mental y el 40%, del porcentaje anterior, no se pudo dar continuidad a ese tratamiento como consecuencia del virus.

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