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Pobreza oculta: el drama de quienes viven en estratos altos pero necesitan ayuda para subsistir

Pobreza oculta: el drama de quienes viven en estratos altos pero necesitan ayuda para subsistir

Secretaría de Integración Social los apoya con bonos para alimentación, entre otros. Pero aún hay muchos que no piden ayuda por vergüenza.
Se llama pobreza oculta porque podría estar frente a sus ojos. Sin que usted lo sepa, un vecino, un amigo, o simplemente su compañero de trabajo podría ser parte de este fenómeno.
Aparentemente estas personas viven en condiciones de solvencia económica, pertenecen a un estrato 4,5, y 6 pero en realidad no tienen con qué solventar sus gastos.

Liliana Gallo es una de ellas.
“Yo vivo en un estrato cuatro y, por ejemplo, cuando integración fue a visitarme, entonces decían pero cómo puede estar persona estar pidiendo ayuda. Vieron que yo no tenía como comer, que no tenía salud”, dice Liliana.
Vive en una de las zonas más exclusivas de Bogotá. Sin embargo, luego de caer en una difícil situación económica, llegó al punto de no poder pagar la administración, los servicios públicos e incluso la comida, por eso hoy recibe una canasta alimenticia subsidiada por el Distrito.
Doña Clara vive en Chapinero Alto, pero su situación es también precaria desde que su esposo perdió el empleo.
“La Secretaría de Integración Social nos ayuda con un bono para la alimentación”, explica.
En Bogotá, el fenómeno de pobreza oculta esta detectado en localidades como: Chapinero, Usaquén, Barrios Unidos, Teusaquillo, Puente Aranda y Mártires. Muchos de ellos están acudiendo al Distrito para solventar necesidades tan básicas como la alimentación.
“No solamente en servicios como los comedores comunitarios. Personas que tuvieron sus hijos en jardines en la cual pagaban cuotas altas, ahora están en nuestros jardines que es un servicio de muy alta calidad; personas que están en las canastas comunitarias y que toda la red de servicio social está dispuesta para ellos”, explica Maritza Mosquera, subsecretaria de Integración Social.
El problema, según expertos, es que muchas de estas personas no piden ayuda por vergüenza, el fenómeno va en aumento y esto debe encender las alarmas.
Los sistemas de protección social tienen que tener atención en estos momentos a estos procesos nuevos de flexibilidad por un lado del mercado laboral y precariedad que se están generando en sociedades actuales”, explica César Sánchez, docente de la Universidad de la Salle.
Desde hace seis años en Colombia existe una ley de insolvencia entre particulares para casos como estos.
El ciudadano puede solicitarle a un juez que se paguen las deudas que tiene con todo su patrimonio, en la medida que ello alcance, y en el caso de que el patrimonio sea insuficiente esas deudas ya no se puedan exigir.
El Distrito ha puesto a disposición de estas personas la oferta institucional.

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