En la bebida ponían escopolamina. Una vez las víctimas estaban groguis, las dejaban en territorios desolados y se llevaban el vehículo. La Policía los desmanteló.
“Me contactan por medio de un aviso, de venta de vehículos, ponen una cita donde revisan el vehículo y dicen que están interesados. Dicen que están sin desayunar, salen y piden en una cafetería unos tintos, me dan un tinto con una sustancia psicoactiva y me dejan botado después por los lados de Mosquera”, cuenta Narciso Chicaguy, una de las víctimas.
Autoridades estiman que se presentaron al menos 15 casos como este. Hacen un llamado a no ir solos cuando van a tener este tipo de encuentros.
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