Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Push Noticias Caracol
Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
Ahora no
Activar

Publicidad

Un infierno se vivió en Bogotá por la irresponsabilidad de varios hinchas del América

Lanzaron pólvora pese a que está prohibida, muchos no usaron correctamente el tapabocas y hasta ingirieron licor en espacio público.

Hicnhas del america - colprensa - 27 de diciembre.jpg

La llegada del equipo América de Cali a Bogotá para la final contra Santa Fe estuvo marcada por el desorden, la ingesta de licor y la manera irresponsable en el uso de la pólvora que se prolongó hasta altas horas de la noche.

(En contexto: Con pólvora y aglomeraciones, miles de hinchas recibieron al América de Cali en Bogotá)

En varias calles de la ciudad hinchas americanos violaron las medidas restrictivas y de bioseguridad contra el coronavirus, como el uso del tapabocas, el cual para muchos fue un adorno debajo de la barbilla.

Se observó hasta un eufórico hincha sobre el techo de un carro empuñando una bengala y cantando a todo pulmón, por supuesto sin el uso del tapabocas. Un amigo, quien sostiene un extintor, lo secunda, y la euforia por acompañar a su equipo del alma los dista de pensar que en cada cántico que hacen la secreción de saliva podría llegar a otros cientos de hinchas que los rodean y que no guardan el distanciamiento social recomendado de dos metros.

Publicidad

En Bogotá está prohibida la venta y uso de pólvora, pero durante el recorrido por la avenida La Esperanza se observó cómo varios hinchas se dedicaron a lanzar juegos pirotécnicos especialmente voladores.

También está prohibida la ingesta de licor en el espacio público, pero la cerveza y el licor abundaron.

Publicidad

La noche cayó y frente al hotel del equipo del Valle del Cauca y los hinchas continuaron con sus cánticos, quemando pólvora y obstaculizando los dos carriles de la avenida Esperanza, entre carreras 40 a 45.

El anillo de seguridad estaba conformado por 120 policías que impotentemente observaron cómo irresponsablemente se celebraba sin miedo a contagiarse de coronavirus. Incluso hasta los más pequeños, en brazos de sus madres, inocentemente hicieron parte de esta celebración desmesurada y fuera de control.

  • Publicidad