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El antes y el después de tatuador colombiano que se transformó para verse como una calavera

Asegura que quiere parecerse a la muerte. Con más de 200 tatuajes y evidentes modificaciones, este joven cada vez se acerca más a su sueño. Conozca su historia.
“Después de que uno pierde a la mamá, ya le vale nada la vida de uno”, dice Eric Jeinner Hincapié cuando se le pregunta sobre el motivo que lo impulsó a transformar totalmente su apariencia física.
Se trata de un joven de 22 años, oriundo de Cartago, Valle del Cauca, quien, con total serenidad, explica hasta dónde quiere llegar con tal de parecerse a la muerte, a una calavera.
“Me ofenden mucho los comentarios en redes sociales porque no es aceptable que la gente me critique por lo que soy, es lo mismo que una cirugía estética. Eso la verdad no me trama”, añade Kalaca sobre los comentarios que recibe de la gente a su alrededor.
En entrevista con una productora audiovisual de Cartago, Eric Hincapié se muestra tal como es, un joven que le molesta cuando lo catalogan de loco o desquiciado por el hecho de ir tras su sueño, verse lo más parecido a "una calavera andante", como él mismo lo afirma.

Es padre de una niña de cuatro años a quien quisiera darle todo el amor que tiene hacia ella, pero señala que, por su condición, no le permiten verla, un tema que evidentemente le duele mencionar.
Tiene el 70 por ciento de su cuerpo tatuado y el llamado que hace a las personas es a que hagan lo que les nazca con tal de dejarse ver como verdaderamente son.
Sin duda, el tema del satanismo o supuestos pactos con el diablo siempre está presente, a lo que Kalaca responde: “Lo dicen porque la mayoría de mis tatuajes son estilos demoniacos, pentagramas, son raros. Que me muestren pruebas, videos o fotos yo haciendo un ritual”.
Una de las modificaciones más notables está en su nariz, la cual decidió mutilarse para asemejarse más a una calavera, finalmente como quiere que lo vea el mundo.
Sobre este tema, añadió que en ningún momento se le ha presentado inconveniente alguno a la hora de respirar, pues jocosamente afirma que “de hecho respira mucho mejor”.
El dibujo de un pentágono con una cruz invertida fue el primer tatuaje que se realizó luego de abandonar el colegio, llegando hasta octavo grado. Desde ese momento, inició su proceso para convertirse en tatuador.
Lo único que le pide a la sociedad es que lo respeten como persona así como él respeta a los demás, pues señala que, por su apariencia física, no lo pueden catalogar como un mal ser humano.
“Es mi cuerpo, nadie me da para hacerme las modificaciones o mis tatuajes. Si no les gusta cómo me veo, solo pido que me hagan el favor que me respeten porque yo respeto a los que son diferentes a mí”, añade en la entrevista con la productora.
Eric se considera amante del arte en todas sus expresiones, sobre el cual, dice, representa la esencia de la vida. Y es lo que quiere dar a entender mediante los tatuajes, el idioma más allá de las palabras.

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