Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Push Noticias Caracol
Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
Ahora no
Activar

Publicidad

Mujeres invidentes que con sus manos combaten el cáncer de mama y salvan vidas

Mujeres invidentes que con sus manos combaten el cáncer de mama y salvan vidas

Se trata de jóvenes que perdieron la vista o parte de ella, pero agudizaron el sentido del tacto, lo que ahora les ayuda a detectar esta enfermedad.

Leidy García y Francia Papamija son dos de las cinco mujeres invidentes que han sido capacitadas en Cali para combatir el cáncer de mama, de gran incidencia en Colombia con 7.000 nuevos casos y 2.500 muertes al año.

García y Papamija fueron instruidas en 2015 con un método del médico alemán Frank Hoffmann, quien hace una década señaló que las personas con invidencia tienen facilidades para detectar nódulos (agrupación de células), que pueden ser la primera manifestación de esta patología.

"Las personas con discapacidad visual tienen un aumento de su sensibilidad, hay un mayor tacto y mayor discriminación de los elementos", dice el cirujano Luis Alberto Olave, coordinador del proyecto Manos que Salvan Vidas del Hospital San Juan de Dios.

Publicidad

Al año se detectan unos 71.000 nuevos casos en el mundo. Con el apoyo del banco de desarrollo de América Latina CAF, el método aterrizó en la capital del Valle del Cauca, luego de probarse en Alemania y Austria.

Fueron seleccionadas cuatro colombianas y una mexicana de entre 25 y 35 años sin problemas vasculares o neurológicos que alteraran su sensibilidad. Tras recibir formación se graduaron como auxiliares examinadoras táctiles. Desde entonces, han evaluado a más de 900 pacientes. 

Publicidad

"Estamos rompiendo un paradigma de que la gente no crea que porque tenemos una discapacidad entonces no podemos pensar o ser autónomos", afirma Francia, de 35 años, quien perdió la visión a los siete por un desprendimiento de retina.

En este centro asistencial encontraron que los chequeos de las auxiliares obtuvieron resultados sensitivos "mejores" que los de una evaluación habitual.

"El examen clínico realizado por ellas es un examen más elaborado y requiere más tiempo. Esto generó en nuestras pacientes una sensación de bienestar y confort que no la encontraban con el médico tradicional", agrega Olave.

En Cali se repitió la experiencia alemana. Mientras una mujer en el autochequeo detecta masas de entre 15 y 20 milímetros y un médico de diez, las invidentes hallan nódulos de ocho milímetros. 

Publicidad

Vencer la desconfianza

Hace seis años que Leidy García tiene una ceguera casi total. Su carrera de ingeniería topográfica se vio truncada de un día para otro por una trombosis cerebral que le hizo perder la visión en el ojo izquierdo y le redujo considerablemente la del derecho.

"Las personas que ven bien son muy visuales, o sea que se dejan guiar por lo que ven. Yo me ubico mucho por el tacto y el oído", expresa la joven de 26 años.

Publicidad

Leidy palpa los senos de sus pacientes guiándose con una cinta amarilla y roja, en la que en cada centímetro hay un relieve para señalizar los nódulos localizados.

Al detectar una masa le avisa a un médico y éste, según el caso, ordena exámenes para descartar o confirmar el cáncer. Sus evaluaciones duran hasta 45 minutos, mientras que las tradicionales no pasan de diez.

Según el doctor Olave, de cien nódulos detectados, solo cerca de diez resultan malignos. Por su parte, Francia Papamija admite que "es un poco difícil" la situación de explicarle a la paciente que le ha encontrado un nódulo "complejo".

García y Papamija coinciden en que hay dos tipos de reacción de las pacientes cuando les ofrecen el servicio de las auxiliares invidentes: curiosidad o desconfianza. Algunas ni les hablan; otras les cuentan problemas personales.

Publicidad

"Tiene una precisión en el tacto, la verdad estoy muy aterrada porque tiene un profesionalismo grande. Encontraron algo, pero el médico dijo que solo era un ganglio inflamado", dijo una comerciante de 42 años que fue atendida por Francia

Fuente de empleo

Antes de ser auxiliadoras táctiles, estas dos jóvenes no tenían trabajo, como el 62% del medio millón de discapacitados visuales en Colombia. La cifra es siete veces mayor que la media de desocupación colombiana, según el Instituto Nacional de Ciegos.

Publicidad

El cirujano Olave considera que esta es una opción para dar empleo a invidentes y por ello aspira a abrir una nueva convocatoria en el primer trimestre de 2018. "En países en vía de desarrollo, donde tenemos ciertas limitaciones de tecnología para hacer diagnóstico de enfermedad mamaria" el examen manual "sigue teniendo una gran importancia", sostiene.

Ambas mujeres buscan a diario demostrar que pueden aportar algo valioso, como atajar el cáncer a tiempo, para que la sociedad deje de imponerles el mote de discapacitadas. Francia simplemente quiere vivir "como una persona normal", manifiesta, moviendo las mismas delgadas manos que salvan vidas.

  • Publicidad