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Gabriel de la Hoz, esposo de la víctima, no puede creer que exista tanta maldad y que por tan poco se pierda la vida de un ser humano. “Ese dinero era para pintar la casa, comprar alguito de ropa ahora para diciembre”.
Al sujeto le habían dado posada y dormía en un sofá, donde dejó abandonadas algunas de sus prendas.
En la humilde casa de la capital de Bolívar, permanecía a la vista una teja levantada, por donde aparentemente trató de escapar el presunto asesino.
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“Eso me tiene muy mal, yo soy una persona pobre y hoy en día no tengo nada, yo vivo del día a día únicamente”, añadió el ahora viudo.
El señalado del crimen fue capturado y puesto a disposición de la Fiscalía.