Los policías Octavio Porras, Juan Gómez e Iván Olivo fueron enviados a la cárcel de Sabanalarga, Atlántico, por estar involucrados en la muerte de Hárold Morales Payares, un joven de 17 años que residía en el barrio San Francisco, de Cartagena.
“La Fiscalía imputó a los uniformados los delitos de homicidio agravado, favorecimiento al homicidio y falsedad en documento público”, dijo Deicy Jaramillo, directora especializada de la Fiscalía contra las violaciones a los derechos humanos.
Hárold Morales estaba trabajando el pasado 24 de agosto en un lavadero de carros y motos cuando se inició una discusión con los uniformados, con los que, constantemente, tenía inconvenientes en el sector.
“Los policías, al bajarse de sus motos, empiezan a golpear al menor y este empieza a correr. Por supuesto, los policiales empiezan su persecución. Minutos después se escucha el disparo que acabó desafortunadamente con la vida de Hárold”, aseguró el abogado Alí Bantú Ashanti.
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Deicy Jaramillo indicó que “los tres funcionarios, en el reporte oficial, señalaron que la víctima hacía parte de una pandilla y que supuestamente les había disparado con un arma artesanal”.
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“Sin embargo, las pruebas oficiales de balística concluyeron que el artefacto hechizo, que supuestamente utilizó el adolescente, no era apto para disparar”, anotó la funcionaria.
Lizeth Payares, madre de la víctima, celebra que los policías hayan terminado tras las rejas.
“Hárold, donde está, su alma descansa, está descansando y sé que está sonriendo porque se está haciendo justicia. Por fin logramos lo que tanto anhelamos, que era decir la verdad y que la verdad saliera a la luz pública, que se dieran cuenta que la Policía estaba diciendo mentiras”, dijo.
Hárold practicaba fútbol desde los cinco años, hizo parte de la selección Bolívar y su sueño era convertirse en profesional.
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