Rodeados de moscas y sin agua potable en la cocina y en los sanitarios, los tripulantes del Nissi Commander dicen vivir una pesadilla. Doce de los 15 marineros dieron positivos para COVID-19 y aun así conviven juntos en altamar en aguas de Santa Marta. No reciben atención médica y los alimentos escasean.
"Hasta ahora ninguno ha reportado algún tipo de síntoma ni nada, pero es la situación a la que nos estamos exponiendo desde que llegamos aquí. La comida nos llega en lanchas y no sabemos qué personas están manipulando esa comida", denuncia Daniel Gómez, tripulante de la embarcación.
El drama para estos marineros centroamericanos comenzó hace 46 días cuando no pudieron zarpar hacia Panamá por falta de combustible. A la tripulación también se le adeudan dos meses de sueldo y eso generó que el buque quedara anclado al frente de la bahía de Santa Marta.
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"Necesitamos una respuesta y que sea rápida para que nos vayamos a casa y resolvamos este problema de una vez. No es posible que haya pasado todo esto, ya vamos a cumplir dos meses que estamos aquí y no nos han dado una solución. Necesitamos una solución ya", exige Daniel Gómez.
La defensa de los marineros pide ayuda a las autoridades, pues el contagio puede extenderse a toda la tripulación.
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"Pedimos a las autoridades administrativas de Santa Marta proteger la vida, la salud y la dignidad humana de los marinos de la embarcación Nissi Commander. No queremos que este drama, que se ha extendido por tanto tiempo, termine en una tragedia como la de Carmen I", expone Pastor Jaramillo, abogado de la tripulación varada en altamar.
La tripulación, que en su mayoría es de origen panameña, no puede tocar suelo colombiano, ya que no tienen los permisos de Migración Colombia.
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