La mortalidad del coronavirus COVID-19 tocó la puerta de la familia Mato Arévalo en Taganga, corregimiento de Santa Marta.
La primera en fallecer fue doña Yaneth, que no salía de su casa por temor a contraer la enfermedad que le terminó arrebatando la vida.
El siguiente fue Ray, su hijo. Él se dedicaba a la industria del turismo en Playa Grande.
“Eran buenas personas. El hijo era muy servicial. Eso paso de improviso”, aseguró Édgar Ortiz, vecino de los fallecidos.
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Otra allegada de la familia afirmó que en la casa ahora reina la soledad y la tristeza.
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“Se siente soledad en esa casa, es triste. Yo digo que eso es muy duro para uno, para las familias. Para todos”, contó Inírida Vásquez, otra vecina.
El coronavirus no da tregua en Santa Marta: en las últimas 24 horas fallecieron 17 personas.
Los expertos llaman a los ciudadanos a que se cuiden: “El virus no se ha ido, sigue rondando entre los samarios. Las marchas y las aglomeraciones pueden aumentar la tasa de contagios. Cuídense, esto no ha terminado”, manifestó Rodrigo Mendoza, vocero de los médicos internistas de Santa Marta.
La ciudad registra una ocupación UCI del 81%.
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