La foto de la última reunión familiar antes de la pandemia es solo uno de los recuerdos que quedan de los Rodríguez Márquez, quienes han perdido a cuatro de sus miembros por cuenta delCOVID-19.
Los primeros en morir fueron los abuelos Juan Bautista Rodríguez y Nancy Márquez. Ellos dos y sus hijos Wilfrid y Zuleima, que vivían juntos en Ciénaga, fueron separados para ser internados en UCI en Santa Marta, Barranquilla y Valledupar.
“El 30 y 31 de marzo, mis abuelos perdieron la batalla”, contó Felipe, uno de los Rodríguez que sobrevive a la pandemia.
El virus siguió afectando los pulmones del papá Wilfrid Rodríguez Márquez y su hermana Zuleima; ambos murieron con menos de 48 horas de diferencia.
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“El 7 de abril mi papá pierde la batalla. Era joven, a pesar de sus canas era muy joven, tenía 49 años”, relató Felipe.
Para evitar tragedias como la de los Rodríguez de Ciénaga, la alcaldesa del municipio de Santa Marta, la capital del Magdalena, dictó medidas estrictas.
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“Toque de queda todos los días, a partir de las 6 de la tarde y hasta las 5 de la mañana. También seguimos con la ley seca y el confinamiento los dos siguientes fines de semana: comienza el viernes las 6:00 p.m. y termina el lunes a las 5:00 a.m.”, dijo Virna Johnson, la alcaldesa.
Solo quedan siete camas UCI disponibles para pacientes COVID-19 en Santa Marta, que tiene una ocupación de 81,1 por ciento.
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