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Prevención, más que represión: la propuesta de Sergio Fajardo en materia de seguridad

Prevención, más que represión: la propuesta de Sergio Fajardo en materia de seguridad

“Muchos jóvenes no tienen nada que hacer en la vida y aparece un criminal y les ofrece una alternativa, y por ese camino se van”, aseguró. Reviva la entrevista.
Sergio Fajardo está convencido de que, si bien el nuevo Gobierno debe buscar que el sistema judicial funcione y funcione bien, hay que evitar que los ciudadanos crucen la puerta del mundo de la criminalidad. La educación, dice, es clave para lograrlo.
Esta es la entrevista que le concedió a Juan Diego Alvira, en el tablero Caracol, a propósito del tema #YLaSeguridadQué
Diferenciar los territorios: Hay diferentes territorios y la seguridad depende del territorio. En este tema de la seguridad hay que saber identificar, en cada pedazo de territorio, qué es lo que está ocurriendo, cuál es el tipo de criminalidad que hay en esos espacios.
Inteligencia: detrás de todos estos elementos hay una gran organización. Esto no es simplemente unos pandilleros de un barrio que se dedican a la criminalidad por una razón u otra. Hay una organización muy grande criminal, y para enfrentar esa articulación se necesita inteligencia. De inteligencia en Colombia sabemos bastante. Nuestra fuerza pública, la Policía y la Fiscalía, tiene una gran capacidad de inteligencia para desbaratar esas bandas. Todo esto requiere un microseguimiento, tener unos planes, quién responde, quién articula. Si usted se descuida un minuto, todo eso se le sale de las manos. Haciendo esa inteligencia articulada se puede llegar.
Seguir la plata ilegal: algo que no se menciona muy a menudo, siga la plata. Ese mundo es de riqueza, ilegal y criminal. Hay gente que está en la calle y hace parte de este mundo, pero lo que hay que buscar es dónde están los que están detrás de este negocio, dónde están esos testaferros, a dónde están yendo esos recursos. Por supuesto, capacidad operativa para estar en el territorio, de capturar a las personas que hacen parte de esos grupos ilícitos.
Prevención: si no hay prevención, sino hay una política de convivencia, pasa lo siguiente: capturan a uno y, al otro día, entra otro a reemplazarlo. Quienes mejor saben todo esto, y lo digo desde mi experiencia de haber trabajado con la Policía, con el Ejército y la Armada, son las personas de la fuerza pública. Ellas saben que están enfrentando un mundo criminal, tienen que capturar a muchas personas, pero ellos saben que si no hay un trabajo con nuestros jóvenes, para que nuestros jóvenes no sigan hacia el mundo de la ilegalidad, no se dan las transformaciones.
Trabajo con comunidades: Al mismo tiempo, hay que trabajar con las comunidades. Yo sé hacer eso y eso es fundamental para reducir todos estos elementos que atormentan a la ciudadanía.
Hay una puerta de entrada al mundo de la criminalidad y hay muchas personas que están en la puerta. Nuestro reto es trabajar con los jóvenes para que no entren. Pasa permanentemente, ustedes oyen: ‘capturado alias, alias, gran capo, capturado, capturado y capturado’ y todos los días estamos capturando. Porque capturan uno y entra otro a reemplazarlo. ¿Cómo hacemos con ellos, con los jóvenes? Hay que mirar dónde viven, cuáles son sus condiciones familiares, cuál es el contexto del barrio, por qué están en esa puerta. Eso requiere unos programas especiales, que los he hecho en Medellín y en Antioquia, en sitios muy difíciles, y funcionan:
- Entornos protectores: usted tiene que entender qué es lo que pasa en esos barrios, cómo viven, qué actividades hay de tipo cultural, deportivo, cómo podemos hacer acompañamiento social. Porque este es un problema de jóvenes, más de la mitad de los homicidios en Colombia hoy son personas jóvenes.
- Jóvenes con futuro: muchos de estos jóvenes pasa que se nos salieron de la escuela. El mayor problema de deserción en educación es en noveno grado. Piensen ustedes en un joven de 16 años que se salió de estudiar. ¿Para dónde va? ¿Qué va a hacer en la vida si no tiene las herramientas de la educación? Nosotros creamos un programa que se llama ‘Jóvenes con futuro’. Hay que saberlos identificar. ¿Quién sabe dónde están los jóvenes que tienen problemas? El alcalde, el alcalde tiene que saber dónde están, en qué barrio y bajo qué circunstancias. Con eso se empieza a trabajar y empieza a construirles una ruta para que vuelva a la educación. Si se salieron era porque tenían algún problema. Si no hacemos eso, vamos a tener una cantidad de jóvenes que están listos a entrar al mundo de la criminalidad. 
- Trabajar con las comunidades: yo fui alcalde, fui gobernador. Construir unos espacios públicos para que la gente se pueda encontrar, para que haya recreación, para que la comunidad sea participe de lo que está pasando con sus individuos. El presupuesto participativo, los programas de emprendimiento en el nivel zonal. Eduque a todas las familias. Esto es muy importante para Colombia: trabajemos los temas sociales. Aquí se cree muchas veces que es un tema de represión, y meta y meta gente a la cárcel. Lo que nosotros necesitamos es que no entren a la cárcel, que no entren a esta puerta. Hay que combinar las dos cosas, si no, vamos a pasarnos diciendo: capturado alias y alias. Podemos necesitar más cárceles, pero necesitamos es que no entren en las cárceles.
Tiene que ver con la capacidad de crear alternativas para que no entren a ese mundo. Muchos jóvenes no tienen nada que hacer en la vida, y aparece un criminal y le ofrece una alternativa, y por ese camino se van. Nosotros como sociedad nos tenemos que educar, tenemos que avanzar profundamente en una cultura ciudadana de la convivencia, porque muchos de estos delitos son delitos menores, de riñas. Tenemos que aprender a convivir, a ser diferentes sin ser enemigos, que no cualquier cosa se convierta en motivo de violencia. La cultura ciudadana de la legalidad, de respetarnos. 
Sistema judicial debe funcionar: nosotros tenemos un montón de leyes, lo que es importante es que haya condenas, que el sistema funcione. Que seamos capaces de desarticular las bandas criminales, que seamos capaces de capturar a los testaferros, a los que se están robando la plata, y que cumplan efectivamente las penas. El problema es hacerlo que funcione, que haya condena.
A los reincidentes hay que capturarlos, por lo menos en todos esos temas de reincidencia donde haya violencia y uso de armas. Es difícil dentro de la estructura que nosotros tenemos, pero se puede hacer. Y la ciudadanía tiene que empezar a sentir un alivio muy grande, porque nada más ofensivo que una persona que ya haya cometido algún tipo de delito después vuelva a cometer ese tipo de delito. Pero eso obliga que nuestra justicia sea efectiva para condenar, para hacerle seguimiento a las personas. Nuestras cárceles están llenas de personas que están sindicadas, pero no están condenadas. Hay que afinar la justicia, articular los organismos de inteligencia.
Muchas de las cosas que están pasando las pagan los más humildes siempre. Esa es una injusticia de nuestra sociedad. Por ejemplo, la extorsión. Necesitamos más policías, de eso no tengo la menor duda.
Cuando usted combina (justicia y prevención), la gente responde. La mayoría de las personas en Colombia necesita una educación para tener una oportunidad.
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