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Álvaro Córdoba, hermano de Piedad Córdoba, se declaró culpable de narcotráfico

Álvaro Córdoba aceptó los cargos en su contra en una corte federal de Nueva York, Estados Unidos. La sentencia del proceso en contra del hermano de la congresista está programada para el próximo 11 de abril.

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Álvaro Córdoba, hermano de la senadora Piedad Córdoba, se declaró culpable en una corte federal en Nueva York, Estados Unidos.

Álvaro Córdoba, quien fue extraditado al país norteamericano en enero del 2023 por narcotráfico, aceptó los cargos en su contra y se declaró culpable de conspiración para importar y distribuir más de 500 gramos de cocaína que iban a ser enviados a territorio estadounidense.

La sentencia del proceso en contra de Álvaro Córdoba está programada para el próximo 11 de abril.

Cabe destacar que, en agosto de 2022, en un documento de 46 páginas, la Corte Suprema de Justicia avaló la extradición de Álvaro Córdoba a los Estados Unidos. El concepto de la sala penal contenía las pruebas del gobierno de EE. UU. contra el hermano de Piedad Córdoba por narcotráfico y sus presuntos nexos con las disidencias de las FARC.

Allí, las autoridades estadounidenses relacionaron una investigación de dos agentes encubiertos de la DEA identificados como CS-1 y CS-2, que mostraron cómo el colombiano entre julio de 2021 y febrero de 2022 habría ideado un plan para traficar cocaína de Colombia al país norteamericano.

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Uno de los agentes relató una reunión de diciembre de 2021 que tuvo lugar en Medellín, en la que señaló que el hermano de Piedad Córdoba afirmó que él y sus socios podían conseguir la droga con las disidencias de las FARC.

El mismo agente explicó que Álvaro Córdoba se ofreció a organizar una reunión entre ellos y un comandante de las disidencias.

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“Córdoba Ruiz explicó que el campamento de las FARC estaba en Popayán, Colombia, y se ofreció para hacer arreglos para que CS-1 y CS-2 viajaran allí para reunirse con el comandante para hablar de la cantidad, los precios y la logística”, precisó.

Añadió que Álvaro Córdoba también ofreció seguridad para que las disidencias cuidaran la droga, ya “que en el campamento de las FARC, donde se encontraba el comandante de las FARC, había al menos 300 hombres armados hasta los dientes, incluso con armas para derribar objetos”.

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