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En las entrañas del ARC Indomable: así patrulla un submarino de la Armada

Por primera vez un medio de comunicación tiene la oportunidad de sumergirse con los hombres que, desde el fondo del mar, protegen a Colombia.
Los veinticinco tripulantes del Indomable, en punto de las seis de la mañana, llegan al muelle de la Fuerza Naval del Caribe para recibir las ordenes de su misión. Antes de embarcar, como es tradición en los marinos, se encomiendan para que todo salga bien.
Uno a uno estos curtidos marinos, que se preparan durante más de veinte años para hacer parte de la elite de los submarinistas, abordan al Indomable y entra a sus puestos para iniciar cada uno de los sistemas del submarino.
Con la prueba de vacío, el aparato queda hermético y no hay riesgo de filtración. Los tanques de lastre se llaman para que entre el agua y pueda hundirse.
Lentamente, el Indomable vira y toma rumbo para circular por el canal navegable de la bahía de Cartagena.
Bordea la isla de Tierra Bomba, pasa por el fuerte de San Fernando y de San José. Después de una hora de navegación en superficie está en mar abierto.
El capitán Tovar revisa por última vez por el periscopio las condiciones alrededor del submarino y da la orden de bajar a la profundidad.
Rápidamente, la nave se va perdiendo en el azul profundo del Mar Caribe. La fuerza de la entrada al agua logra sacudir el submarino, para quienes no están acostumbrados a navegar en las profundidades la turbulencia genera más que mareo.
El manómetro marca cómo baja el submarino en cuestión de segundos, llega a los cien metros y allí detiene la inmersión.
En la profundidad, los tripulantes inician un sigiloso patrullaje en el océano; no pueden ver nada, pero si lo pueden oír todo.
El sonar es la gran fortaleza del submarino para orientarse, navegar e identificar amenazas. El suboficial García tiene 16 años oyendo todos los sonidos en lo profundo mar. Su oído es tan fino que puede identificar hasta delfines o bancos de camarones.
Con el sonar se identifican lanchas rápidas del narcotráfico, pesqueros ilegales, embarcaciones de carga y buques de guerra o submarinos que tengan intenciones de entrar a aguas colombianas.
Son tan precisos los sonaristas del submarino que en segundos saben de qué se trata.
Se trata del moderno sistema de armas y de torpedos. El Indomable es uno de los submarinos con mayor capacidad de fuego de la región.
Es muy versátil, rápido y pequeño. Sus 25 tripulantes se mueven en un espacio de 30 metros de largo por 4 de ancho.
Hay cuatro turnos de trabajo, cada uno de seis horas. Mientras la mitad de los submarinistas trabaja la otra descansa.
Los tripulantes todos los días se preparan para enfrentar dificultad en profundidad, son recurrentes los simulacros de combate y emergencias.
Los submarinistas tienes cada uno un traje que se convierte en una especie de cápsula con el que podrían abandonar el buque a 50 metros de profundidad si este entra en pérdida, también en el submarino están disponibles 212 conexiones para abastecerse de oxígeno.
Tranquilos, precisos y decididos, así son estos 25 hombres de la Armada que han asumido una de las profesiones con mayor riesgo y que a bordo de uno de los cuatro submarinos oceanográficos de Colombia patrullan y protegen las aguas de nuestro país.

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