La hora ha llegado. En pocos días, los carreteros de Bogotá, hombres y mujeres que recorren la ciudad recogiendo reciclaje, tendrán que despedirse de sus caballos y reemplazarlos por automotores.
Estos animales ya no podrán ser usados para realizar la pesada labora de jalar carretas. Se espera que con la medida queden atrás las imágenes de caballos exhaustos y maltratados, jadeando por las vías de la capital.
Si bien algunos carreteros han abusado de los equinos, muchos otros los han tratado como lo que son, amigos fieles que los acompañan de noche y de día, que les facilitan llevar el peso de la vida misma.
Uno de esos hombres es Alex Rozo. Su caballo, llamado también "Alex", ha estado ha su lado desde siempre. Junto a él ha recorrido duros momentos y sobrepasado grandes obstáculos. Por eso, ahora que tienen que despedirse, no puede ocultar su nostalgia.
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