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Alarmante: casi 5 millones de colombianos son menos inteligentes por culpa del hambre, según Abaco

"Con la comida que botamos en Colombia, podríamos acabar el hambre en el país", dice el director de la asociación. Más de 8.000 casos de desnutrición se han registrado en 2022.

Alarmante: casi 5 millones de colombianos son menos inteligentes por culpa del hambre, según Abaco

Una cruda realidad se vive en La Guajira en materia de desnutrición y hambre, un flagelo que parece no desvanecerse en Colombia y que afecta principalmente a los niños.

"Wílmer es un niño que ya va a cumplir siete años y mide lo que mide un niño más o menos de dos años y medio. Wílmer tiene una enfermedad que se llama la desnutrición crónica”, contó Juan Carlos Buitrago, director de la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia, Abaco.

En lo corrido de 2022 se han registrado 8.710 casos de desnutrición severa y moderada en Colombia. Se trata de una cifra alarmante, pues el año pasado se reportaron 5.494 y lo más grave es que este año 137 personas han muerto por hambre.

La causa específica de la desnutrición es la inequidad en el acceso al alimento, porque cuando hablamos de un diagnóstico de desnutrición en niñas y niños es porque no están recibiendo la calidad nutricional con los alimentos por parte de los adultos”, indicó Diana Navarrete, especialista en seguridad alimentaria de World Vision.

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Los niños son los directamente afectados, pues cerca del 24% de los casos reportados por desnutrición severa corresponde a menores de edad. El 13% son menores de 6 meses.

Esta radiografía enciende las alarmas y ha generado ecos contundentes en varios órganos de control, como la Defensoría del Pueblo, que pide una intervención y atención inmediata por parte del sistema de salud.

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“No han adoptado acciones para el establecimiento de las capacidades determinadas de atención en salud y tampoco para la prevención y asistencia adecuada a la desnutrición en la primera infancia”, aseguró Carlos Camargo, defensor nacional del Pueblo.

Si bien la inequidad y la pobreza son el eslabón principal de esta pirámide, un sinnúmero de factores son los que inciden en que esta cadena de desnutrición no se rompa, especialmente en regiones donde se repite una y otra vez el capítulo.

El llamado y la alerta no son en vano, pues los efectos que deja esta enfermedad prevenible en quienes la padecen son irremediables. Según la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia, cerca de 5 millones de colombianos son menos inteligentes y más vulnerables por culpa del hambre.

“Está demostrado que estos niños van a tener en promedio 14 puntos menos de coeficiente intelectual, 5 años menos de escolaridad y 54% menos de ingresos”, sostuvo Buitrago.

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¿Culpa del hambre, de la pobreza, del abandono estatal, de quién? Esa es la pregunta que retumba y que sigue dejando en el camino pérdidas de vida, así como la salud física, emocional y cognitiva de miles de niños y niñas en el limbo.

Con la comida que botamos en Colombia podríamos acabar el hambre en Colombia, los bancos de alimentos estamos haciendo alianzas con agricultores, con la industria, con la plaza de mercado, con los supermercados y restaurantes, convenciéndolos de qué donen los alimentos que no logran comercializar, lo que no se va a vender, antes de que se dañen, para poderlos rescatar y redistribuir rápidamente a personas que tienen mucha hambre en el país”, anotó Buitrago.

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Para el director de Abaco, la ruta de acción está lista para ejecutarla: definir una política pública de prevención, potencializar la lactancia materna, establecer alianzas entre el sector agrícola con las necesidades nutricionales y mejorar el Programa de Alimentación Escolar (PAE), pero lo más importante remar todos con el mismo.

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