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El caudal arrasó con varias viviendas, de las que ya no queda nada.
“Tengo alrededor de 50 viviendas destruidas en el municipio. Hay un pueblito que fue arrastrado por el agua”, manifestó Ulises Palacios, alcalde del Alto Baudó.
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Los ciudadanos sacan el lodo de las casas que resistieron a los embates del agua.
“En este momento no hemos ni desayunado, pues estamos limpiando todo el barro que dejó la creciente. Tenemos pérdidas de gallinas, cerdos y cultivos”, expuso Lina Córdoba, damnificada.
Si en el Alto Baudó llueve, en el Medio Baudó no escampa: la cabecera del municipio también registró inundaciones.
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La alcaldía de ese municipio reporta 2.500 familias damnificadas y, aunque se está atendiendo la emergencia, solicitan ayuda urgente por parte del Gobierno nacional.
“No solo pedimos que nos ayuden con elementos de primera necesidad, también con obras que nos permitan solucionar definitivamente esta situación que se presenta en los últimos años”, sostuvo Freddy Ramírez, alcalde del Medio Baudó.
Las autoridades de Gestión del Riesgo tratan de determinar los daños y pérdidas.
La situación en el Cauca
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El desbordamiento del río Micay tiene en jaque a al menos 3 mil familias del municipio
“Han perdido sus enseres, parte de sus viviendas y cultivos productivos”, recalcó el padre Hilario Cuero, director de la Pastoral Social de la Costa Pacífica.
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Entretanto, Werner Suárez, alcalde de López de Micay, manifestó que realizará la declaración de calamidad pública: “Queremos elevar estos informes y peticiones a nivel departamental y nacional”.