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“De la marihuana no se ha muerto nadie”: autor del proyecto para regular el cannabis de uso adulto

Con el avance de la iniciativa en Cámara de Representantes, la compra y venta de marihuana podría estarse acercando a un nuevo ordenamiento legal. El autor explica los puntos neurálgicos del proyecto y enfatiza que la prohibición no ha bajado el consumo.

Juan Carlos Losada, autor del proyecto de ley 002 de 2022, explica que el objetivo principal de este es la creación de un mercado legal del cannabis, debido a que en Colombia, desde 1986, es legal el consumo de la dosis personal de marihuana y tenerla. “Y, de hecho, la Corte Suprema ha dicho que esta es indeterminada, la ha llamado la dosis de aprovisionamiento”.

Así mismo, desde esa época es legal el autocultivo de hasta 20 plantas por persona, por lo cual el representante se pregunta “qué sentido puede tener en un lugar donde se puede consumir de manera libre, donde se puede tener una dosis indeterminada, donde se puede cultivar para el autoconsumo, que comprar y vender sea ilegal”.

Bajo su concepto, esto lo único que ha generado es que los consumidores, que legalmente puedan tener marihuana, tengan que recurrir a redes de “narcotraficantes, traquetos y jíbaros” para obtener una sustancia que es legal en el país, “lo cual es una contradicción absurda”.

Las consecuencias de la aprobación de este proyecto serían la creación de un mercado legal y regulado donde los consumidores puedan estar seguros al momento de comprarla, además de la oportunidad de grandes réditos tributarios para la nación, como ha sucedido en países como Canadá, 25 estados de Estados Unidos, Holanda y Uruguay.

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Otro de los resultados esperados, en conjunto con el recaudo de impuestos generados por la industria, es la generación de empleos, especialmente en la ruralidad. Losada no ve este como un escenario idílico, puesto que una hectárea de cultivos puede generar hasta 17 trabajos, cifra similar a la que genera la industria floricultora de Colombia.

El autor del proyecto aclara que este tiene como objetivo el uso adulto del cannabis, no sus usos medicinales, pues estos ya están regulados en el país, además de cambiar el paradigma existente frente a los consumidores, que “están condenados a ir a la ilegalidad”, algo que solo ha beneficiado a dichos actores. Algunos de los efectos de estas restricciones han sido la estigmatización y criminalización de los usuarios por una sustancia que es legal.

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Uno de los puntos que se resaltan es que el cannabis es menos dañino que otras sustancias que se encuentran reguladas y normalizadas, aseverando que es “3,5 veces menos dañina que el alcohol, y 114 veces menos que el tabaco”. Enfatiza en que el consumo de tabaco acaba con la vida de la mitad de sus consumidores y “de la marihuana no se ha muerto nadie”.

Su visión de la actualidad se ancla en que, “la realidad es que la prohibición del cannabis no ha logrado parar su consumo, por el contrario, año tras año este continúa... La prohibición es una política fallida contra las drogas”.

Uno de los argumentos que han hundido este tipo de iniciativas en el pasado ha sido el que se apoya en el pensamiento de que la aprobación de estas iniciativas incrementaría el consumo y poniendo a la mano de menores la sustancia.

Frente a ello, el representante declara que estas premisas “fatalistas, moralistas y que utilizan a los menores para tratar de contraargumentar” están desacreditadas por el campo científico.

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Hace hincapié en que este acto legislativo, al igual que el tabaco y el alcohol, está diseñado para adultos, y que la legalidad del mercado cannábico puede cerrarle la puerta a que los menores puedan adquirirlo, ya que “mientras estén en la ilegalidad es absolutamente imposible controlar quien accede a la sustancia”. Los sitios que distribuyan deberán contar con una licencia del Estado para hacerlo.

De igual manera, el proyecto de ley planteado restringe el consumo de estas sustancias en entornos escolares, zonas comunes de propiedad horizontal, debido a que “esto no es simplemente que ahora todo el mundo va a poder fumar cannabis como se le dé la gana”, sino ordenar un asunto “que hoy está terriblemente desordenado”.

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La tarea, que busca hacer de este un asunto de salud pública que elimine la criminalización y los riesgos, fue aprobado en su quinto debate con 26 votos a favor y 6 en contra. Aún faltan otros 3.

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