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Deforestación en Amazonía puede ocasionar un genocidio en comunidades indígenas

Muchas de ellas están aisladas y se alimentan de los árboles y de los ríos, que están siendo talados y contaminados. La situación de los nukak makú es crítica.

El Parque Nacional Natural serranía de Chiribiquete, ubicado en la Amazonía colombiana, es el parque de selvas más grande de América Latina. Con el paso del tiempo su extensión ha sido ampliada paulatinamente. Pasó de tener 12.800 kilómetros cuadrados en 1989 a luego 27.800 kilómetros en 2012 y finalmente alcanzó los 42.800 en 2018.

Este pulmón gigante de la selva, además de su riqueza biológica, se caracteriza por la presencia de grupos indígenas en aislamiento voluntario que hoy están en riesgo de genocidio por cuenta de la deforestación.

“Se han concentrado grupos que están desarrollando actividades de tumba, quema y generación de fincas, la característica que me llama la atención de estos grupos es que no pareciera ser de pequeños campesinos; con un grave problema, y es que es la zona en donde tenemos la información de que son territorios de movilidad de pueblos indígenas en aislamiento”, indica Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible. 

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La investigación del politólogo y ambientalista Roberto Franco García, con el apoyo de Amazon Conservation Team, permitieron documentar la presencia 10 grupos indígenas en el Amazonas.

“Se creía que había solo un grupo aislado sin certeza sobre él, hasta que en el año 2010 sobrevolamos el territorio del Parque Nacional río Puré y observamos desde el aire dos tipos de malokas. Vimos gente y efectivamente comprobamos que sí existen grupos aislados en Colombia”, dice Franco.

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A pesar de que se encuentran en territorios protegidos, los riesgos para esta población son altos.

“En menos de una década desaparecieron la mayoría y los que quedan, quedan remanentes supremamente golpeados no solamente por las enfermedades, sino porque tienen un proceso de culturización muy rápida y de pérdida territorial”, señala Rodrigo Botero.

Como lo explica el director de Centro de Estudios de Alta Montaña, Hugo Mantilla Maluk, “cualquier contacto primero con cualquier agente patógeno es muy fuerte porque el sistema inmune en el ser humano vive de una memoria, de haber estado expuesto previamente a ciertas enfermedades”.

Además, la tala les afecta porque ellos utilizan lo de los árboles para sobrevivir y que el agua se llena de mercurio afectando gravemente la salud.

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Mientras la Agencia Nacional de Tierras no oriente un proceso de colonización va a haber terceros que lo hagan y en general son terceros que no son necesariamente grupos que están dentro de la legalidad.

Dentro del Plan Nacional de Desarrollo que se debate en el Congreso, el gobierno propone hacerle frente a la problemática con un nuevo artículo en el que se contempla la creación de un consejo nacional de lucha contra la deforestación y otros crímenes ambientales.

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