Diez mujeres imprimieron su amor y fe a las hostias que se darán en misas del papa

En el valle de Ubaté, donde se producen algunos de los mejores quesos del país, una familia bogotana lleva un mes preparándolas con mucha devoción.

"Ha habido un trabajo muy bonito, lleno de amor y de devoción para preparar las hostias y para traer el vino de consagrar con el que va a celebrar el santo padre. Aproximadamente estamos hablando de un mes de preparación de las hostias, y del vino con un poco más de tiempo", explica Lucía Gómez Carrillo, desde Carmen de Carupa.

De noche y de día, diez mujeres cabeza de familia pusieron su corazón y su fe en el procesamiento de 500 mil hostias que serán utilizadas en las 4 misas que ofrecerá el papa Francisco en Colombia.

"Este es el molde donde hacemos la placa para la elaboración de la hostia. Esto varía de acuerdo a la temperatura de la máquina, pero estamos hablando entre minuto y minuto ocho segundos", dice Luz Marina Ramos.

La alegría de cortar cada hostia es una bendición para Sonia Pinilla.

"Para mí como católica es un orgullo poder participar de tener a su santidad aquí en nuestro país, y poder brindar lo que en este momento hacen mis manos; hostias", afirma.

Hechas con agua pura y harina de trigo, son verificadas en detalle.

"Mi trabajo es verificar una por una para evitar que se nos vayan quebradizas o que se nos vayan rotas así, para que el producto sea de excelente calidad", dice Blanca Cecilia Carrillo.

“Una vez termina el proceso de selección, este es el producto final. Estas son las que les entregarán a los fieles, esta otra más mediana es la que les entregarán a los acompañantes del santo padre y esta hostia grande, y diseñada para que vayan a las misas campales, es la que utilizará el santo padre y máximo jerarca de la iglesia en su visita en Colombia", añade.

La familia Gómez Carrillo también tiene la responsabilidad de proveer el vino de consagrar.

"Del vino son 70 botellas aproximadamente; el vino se trae de Valencia, España”, agrega.

Desde hace una década esta familia que donó el vino y las hostias para la visita pastoral de Francisco, encontró en Carmen de Carupa, el lugar ideal para producir el símbolo de la eucaristía en la religión católica.

"Carmen de Carupa es mi lugar de origen, es el lugar donde nuestra familia pasa bastante tiempo, donde nuestras hijas disfrutan mucho porque es un espacio de mucha tranquilidad, de paz que no encontramos en la ciudad", sostiene Blanca Cecilia.

Sesenta hostias, de catorce centímetros de diámetro, llegarán a las manos del papa Francisco en esta pequeña caja para ser bendecidas durante sus eucaristías para los colombianos.