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El pelo milagroso en la Biblia y otras noticias falsas que se "contagian" más fácil que el coronavirus

¿Por qué la gente se deja infectar de la pandemia de la desinformación? Vea las razones y el tipo de datos de los que debe desconfiar antes de compartirlos.

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El COVID-19 aceleró la necesidad de las personas de saber más sobre el virus, dice Mauricio Jaramillo, director de impacto de las TIC.

Hay que tener en cuenta un dato: de 100 millones de mensajes que se publican, 6 de cada 10 son producidos por humanos y el resto por robots, y casi la mitad de estos son noticias falsas.

Singapur, Sudáfrica, Hong Kong, Irlanda y Japón tienen menos riesgo de creer en esa información, pero Rusia, El Salvador, Irán, Venezuela y Perú son los países que suelen tragar entero.

Colombia está entre los 20 países vulnerables a dejarse infectar por esas noticias falsas y, sin verificar, las replican. ¿Por qué?

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Según Jaramillo, entre las razones para que estas naciones caigan en la desinformación es que en ella hay polarización política, dictaduras, gobiernos criticados y opacidad en la información.

Tipo de información falsa

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  • Tratamientos médicos falsos: un ejemplo es el pelo en la Biblia. Puede parecer una noticia falsa sin repercusiones, pero todas causan daño y hay gente que puede creerlo y por hacer caso a estas curas terminan desatando un caso de salud grave.
  • Teorías de conspiración: cuál es el origen del coronavirus, lo que hace y algunos dicen que no existe.
  • Atribuciones mentirosas de científicos reconocidos: la información puede ser utilizada contra medidas de gobierno y puede generar pánico o incredulidad frente a lo que hacen autoridades respecto a la pandemia.
  • Imágenes truncadas o que se toman en un contexto distinto: como una publicada de gente en las calles sin tapabocas, supuestamente en Bogotá, pero la fotografía fue tomada en otro país.
  • Datos manipulados: “existen las mentiras, las malditas mentiras y las estadísticas, que sin contexto pueden ser peligrosas”, dice Jaramillo.
  • Montajes: incluso con videos suplantando la identidad de un personaje y su voz.

La recomendación de este especialista es desconfiar de todo y corroborar la veracidad de lo que recibe.

“No tragar entero” y “no creer a ciegas en nadie”, es el consejo final de Jaramillo.

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