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“Estamos en una situación parecida al tiempo de la masacre de Bojayá”: obispo de Quibdó

Monseñor Juan Carlos Barreto denuncia que los actores armados están apoderados del territorio, agudizando la problemática de abandono e incertidumbre que vive la población de Chocó.

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El padre lleva más de siete años como obispo de Quibdó y ha sido testigo de todos los males que aquejan a los habitantes de Chocó. La corrupción, la violencia, el abandono estatal, la pobreza y hoy la pandemia del coronavirus.

“En medio de toda la riqueza cultural y toda la exuberancia de la biodiversidad, también están todos estos factores, el abandono estatal que ha hecho que no haya posibilidades de educación, de salud, de servicios públicos para todos. Es un departamento que tiene el 80 % de las necesidades básicas insatisfechas”, asegura el monseñor Juan Carlos Barreto.

El obispo manifiesta que son muchos años sin acceso de la población a sus derechos.

“En el contexto de la pandemia imaginémonos el tema de la educación. En la misma ciudad de Quibdó hay dificultades para la conexión a internet y ahora se requiere la virtualidad. Hay muchísimos niños y jóvenes afectados”, subraya.

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En cuanto al sistema de salud, Barreto dice que ha evidenciado todas las falencias que se han tenido históricamente.

“Este departamento de 500 mil habitantes no tiene un hospital de tercer nivel. Hubo que hacer un paro cívico para pedirle al gobierno nacional un hospital de tercer nivel desde el año 2017 y todavía no se ha concretado”, señala.

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Como si fuera poco, los chocoanos padecen otro problema histórico: el de la violencia.

“Desde el año 2018 para acá han llegado los otros grupos armados y han copado totalmente el territorio, hasta el punto de que están causando reclutamiento de menores, instalación de minas antipersonales en las comunidades, amenazan a líderes y están confinando a las personas porque les prohíben movilizarse por el territorio”, enfatiza el sacerdote.

El obispo reclama que el Estado debe hacer presencia en el departamento a través de lo social y también con la fuerza pública, “no hay un control territorial”, expresa.

“Desafortunadamente se ha abandonado la solución pacífica del conflicto, por los actos violentos por parte del ELN y por la actitud rígida también del gobierno para adelantar un proceso de paz”, manifiesta.

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Monseñor hace un grave diagnóstico: “estamos en una situación muy parecida al tiempo de la masacre de Bojayá, con actores armados empoderados del territorio y afectando a las comunidades al borde de un desastre”.

Barreto agrega que hay una situación dramática por las amenazas a las comunidades y sus líderes. Problemática a la que también se suman los hechos de corrupción.

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“Hay que mirar las denuncias de las gobernaciones y los alcaldes que no han hecho lo que les corresponde, en el tema de salud este año iniciaron quebrados los hospitales. La plata está embolatada”, puntualiza.

Por el futuro y bienestar de su gente, “Chocó requiere una mejor suerte por parte del gobierno”, asevera el obispo.

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