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Gobierno entregará tierras a campesinos que sustituyan cultivos ilícitos

Colprensa
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El gobierno colombiano presentó un nuevo plan antidrogas en el que entregará tierras a campesinos que sustituyan cultivos de coca por plantíos lícitos, y en el que participarán exguerrilleros de las FARC, una vez firme la paz con el gobierno.
Así lo anunció este martes el presidente Juan Manuel Santos, al informar sobre la puesta en marcha de una Estrategia Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos, que entrará en vigor con la suspensión, a partir del 1 de octubre, del uso del herbicida glifosato para erradicar la hoja de coca.
"Colombia no tiene por qué seguir siendo el primer exportador de coca del planeta, y vamos a probarlo", dijo el mandatario colombiano en una declaración televisada.
Colombia es el principal productor mundial de hoja de coca, principal insumo de la cocaína. Según el más reciente informe de Naciones Unidas, el país produjo unas 442 toneladas de esa droga en 2014, 52% más que el año anterior.
"Son casi 100.000 hectáreas (de sembradíos de coca) menos que en el año 2000, pero lo cierto es que en los últimos dos años se han incrementado los cultivos. ¡Y eso que usábamos el glifosato!", apuntó el presidente, sobre el producto empleado desde hace 20 años en el país, señalado por la Organización Mundial de la Salud como probable cancerígeno.
Santos recalcó que el principio fundamental de esta estrategia es la focalización, tomando en cuenta que de los 1.102 municipios que tiene Colombia, solo 204 tienen cultivos de coca. Y que el 81 por ciento de la producción se concentra en 6 departamentos: Putumayo, Nariño, Cauca, Caquetá, Guaviare y Norte de Santander. El mandatario indicó que si se focaliza aún más, el 43 por ciento de la coca se produce en tan solo 10 municipios.
En el marco de este plan, que prevé la creación de una agencia especializada para su cumplimiento, Santos prometió titulación de tierras para quienes decidan sustituir la coca por otros productos agrícolas.
"A quienes se mantengan más de cinco años cultivando productos lícitos se les podrá titular las tierras, para que se conviertan además en propietarios legales", aseguró.
La estrategia comenzará en 2016 inyectando fuerte inversión social en los departamentos de Putumayo y Nariño (suroeste), los mayores productores de hoja de coca del país.
"En las zonas donde hay cultivos ilícitos es donde hay menor presencia del Estado y sus servicios", aseveró Santos.
El proyecto también pone énfasis en la conservación de áreas protegidas, relocalizando a algunas comunidades y promoviendo que otras se conviertan en "Guardias Verdes".
Colaboración de FARC
El nuevo plan antidrogas contempla además la colaboración de futuros excombatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), alzadas en armas desde hace medio siglo y con las que el gobierno negocia la paz desde noviembre de 2012 en La Habana.
"Uno de los compromisos ya logrados con las FARC es que, una vez dejen las armas, contribuirán con la solución al problema de las drogas ilícitas", dijo Santos, al referirse a un acuerdo parcial alcanzado el año pasado.
Las FARC, principal guerrilla del país con unos 7.000 combatientes, según cifras oficiales, han reconocido haberse financiado del negocio de la droga, a través del cobro a los cultivadores de coca por dejarlos sembrar la planta en áreas de su influencia.
El mandatario agregó que con el grupo insurgente ya se han discutido planes conjuntos para la sustitución de cultivos.
"Imagínense lo que esto significa. Que las FARC, en vez de defender cultivos ilícitos y toda la cadena del narcotráfico, ayuden al Estado para su erradicación", subrayó.
Seis de los 32 departamentos de Colombia concentran el 81% de la producción de coca, la mayoría selváticos y en el suroeste del país. En cinco de ellos, las FARC, creadas en 1964 tras una insurrección campesina, tienen fuerte influencia.
Para el politólogo Gustavo Duncan, con este anuncio "pareciera que Santos comienza a mostrar a las FARC buena voluntad respecto a esos acuerdos" parciales logrados en el proceso de paz de Cuba, especialmente en los puntos de desarrollo rural y drogas ilícitas.
"No creo tanto que eso sea para reducir los cultivos de coca. Es más para ambientar los temas que incumben a la población bajo control de las FARC y donde las FARC van a quedar luego de la desmovilización", insistió este autor de libros sobre narcotráfico.
El conflicto armado que desangra el país desde hace más de 50 años, y en el que han participado guerrillas pero también paramilitares y fuerzas del Estado, ha estado muy marcado por la producción y el tráfico de droga.

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