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Iglesia católica pide un acuerdo humanitario ante grave crisis en el Chocó

La propuesta es del obispo de la Diócesis de Quibdó, por el confinamiento, hambre y violencia que sufren comunidades de nueve municipios.

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La Iglesia católica y otras organizaciones de derechos humanos dieron a conocer la cruda radiografía que deja el conflicto armado en el Alto Baudó, en Chocó, que tiene a más del 50 por ciento de su población confinada y desplazada.

Hacinamiento, hambre, miedo, zozobra y debilitamiento de los procesos organizativos, más el sentimiento de abandono y precaria atención del Estado, fue lo que halló la comisión humanitaria –compuesta por representantes de la ONU, la Iglesia y las comunidad étnicas- que recorrió 10 comunidades en el Alto y Medio Baudó durante cuatro días.

¿Qué encontraron allí? Ramiro Rodríguez Padilla, asesor del foro Interétnico del Chocó, lo explica.

Control social y territorial por parte de los actores armados, reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes, instalación de minas antipersonales, amenazas y señalamientos a líderes y comunidades. Asesinatos selectivos”, dijo.

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La Mesa Indígena denunció que en los municipios de Bagadó, Medio San Juan, Juradó, Medio y Bajo Baudó, Bojayá, Carmen del Darién y Riosucio viven la misma crisis humanitaria del Alto Baudó.

Todas las comunidades del departamento del Chocó están en riesgo. Estamos atropellados psicológicamente, nuestros padres, nuestros hijos se están suicidando”, declaró Víctor Carpio, coordinador de Derechos Humanos de la Mesa Indígena del Chocó.

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La misión humanitaria también señaló que hay connivencia entre la fuerza pública y los grupos delincuenciales, limitando la movilidad y productividad en los territorios.

“En términos de represión, ponen a la comunidad en unas condiciones de que u optan por tomar algún tipo de relación (con los armados) o de lo contrario la vida corre peligro”, denunció Rodríguez.

La situación es tan grave que en lo que va del 2021, por cuenta del conflicto entre el ELN y el Clan del Golfo en Chocó, se han registrado tres asesinatos de líderes indígenas y otros cuatro, víctimas de minas antipersona.

Tras su visita por la zona, monseñor Juan Carlos Barreto, el obispo de la Diócesis de Quibdó, pidió que se implemente un acuerdo humanitario que permita una salida urgente a la grave situación de violencia que tiene confinadas, sin la posibilidad de pescar, cazar y mantener sus cultivos, a las comunidades, lo que se traduce en hambre.

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Tenemos que insistir en la implementación del Acuerdo de Paz, en buscar una salida negociada al conflicto, en un acuerdo humanitario ya para el Chocó, que es una respuesta inmediata y tenemos que garantizar que el Estado tenga un relacionamiento diferente con las comunidades”, dijo.

Además, agregó: “Hacemos un llamado a los grupos ilegales para que reconozcan que las comunidades los perciben como un cáncer que les terminó de dañar la vida”.

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