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Incendio en San Andrés dejó al descubierto cómo costosa planta quedó convertida en elefante blanco

La obra, capaz de quemar basuras y producir energía, costó 35 mil millones de pesos y fue instalada hace diez años, pero está inactiva.
El incendio, que en las últimas horas consumió un sector del relleno sanitario Magic Garden en San Andrés, es un campanazo que vuelve a cuestionar el manejo de las basuras en la isla.
El problema no es nuevo y la solución se planteó hace varios años. Se trata de una planta de tratamiento de residuos sólidos conocida como la RSU, un gigantesco incinerador de basuras que a su vez produciría energía, generaría luz y descompondría las basuras.
Una idea genial. Pero el problema es que no funciona. Álvaro Archibold, exgobernador de la isla, conoce bien el tema.
Desde 2009, se hicieron las primeras contrataciones, casi diez años y no ha podido entrar en una operación regular para poder eliminar la carga de basuras”, dice Archibold.
Más de 35 mil millones de pesos se han invertido en este formidable elefante blanco, que pese a la presión de los entes de control aún no despega.
La Procuraduría Ambiental y Agraria ha colocado varios recursos legales para que se ponga en funcionamiento la planta de residuos sólidos. Además, denunció que la forma como se disponen las basuras no cumple con el plan de manejo de la autoridad ambiental.
Las montañas de residuos y los líquidos que emanan de las basuras no sólo son una amenaza para el medio ambiente y la salud de los habitantes de las islas, sus depósitos de gas podrían ser un peligroso detonante.
“Todos esos lixiviados que han sido agregados a ese sitio puede generar una combustión espantosa que podría causar una catástrofe en San Andrés”, explica Archibold.
Y es que en este ya se han presentado tres incendios, uno en el 2013, otro en el 2015 y el más reciente hace dos años. Conflagraciones que generaron nubes tóxicas en la isla.
Como si estos problemas fueran pocos, el gobernador del archipiélago, Ronald Housni, está suspendido por la Procuraduría señalado de malos manejos con recursos de la salud.
Pero, ¿por qué no se ha logrado poner en marcha la planta? Sandra Howard, la gobernadora encargada, dio su versión.
“Hoy día como están los residuos en el relleno tienen unos niveles muy altos de humedad que impiden procesarlos a través de la planta. Entonces, hay que darle un mejor manejo al relleno para que estos residuos puedan ser procesados”, dice Howard.
Si Coralina, la autoridad ambiental, la Gobernación y el nuevo operador se ponen de acuerdo, la planta podría encender sus turbinas y convertirse en un  ejemplo ambiental en Colombia.
De lo contrario, seguirá siendo el vergonzoso elefante blanco que ha sido hasta hoy. 

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