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Julieth García, la visionaria teniente que hizo historia en la aviación colombiana

La teniente Julieth Girleza García Cordero de 31 años de edad, falleció el pasado 19 de marzo en un trágico accidente de helicóptero en el Chocó. En entrevista con Caracol Ahora, su madre compartió detalles de su vida.

Apasionada, divertida y disciplinada, son algunas de las cualidades que resaltaban en Julieth García, la visionaria teniente, quien durante el confinamiento por el COVID-19 decidió impulsar su carrera, convirtiéndose en la primera mujer piloto del Ejército Nacional en el helicóptero UH1N. Su repentino fallecimiento causó conmoción entre las fuerzas militares y civiles.

Su madre, Julia Cordero, recordó que cuando su hija terminó el bachillerato comentó que el deseo que tenía para su vida era pertenecer al Ejército Nacional. En entrevista con las Fuerzas Militares, la profesional oriunda de Cúcuta, Norte de Santander, afirmó que sus padres y su familia siempre la habían apoyado en todos sus proyectos.

Dentro de su corazón parecía tener impregnadas las palabras de la Oración al Soldado Aviador, las cuales recitan que “lo que siente mi alma entera por mi Nación al regresar cumplimiento la sagrada misión, al señor elevo mi mente al cielo y doy gracias al señor”. Aunque nunca hablaron de los riesgos que conlleva la vida de un militar, Julia recuerda que su hija solo le decía que su labor era un compromiso y una responsabilidad que debía asumir “y pienso que eso fue lo que hizo mi chiquita”.

La describe como una mujer que siempre vivía al pendiente de su familia a pesar de la distancia. Con una llamada o un mensaje se cercioraba constantemente del bienestar de sus padres y hermanos. Además de tener “un corazón de oro”, poseía un alma animalista, y una mascota a la cual adoraba. En alguna ocasión le pidió a su madre que si por circunstancias de la vida llegaba a faltar, conservara a su querida perrita, promesa que Julia cumplirá.

“Yo hablé con mi niña el mismo domingo a las 10 de la mañana (...) Hace 15 días me había ido para España y estuve con ella compartiendo acá en Bogotá. Era todo para mí. Los designios de Dios no son los míos y tengo que aceptarlos”, relató la madre en medio de sollozos y con una gorra que Julieth le regaló como recuerdo de su logró por haber terminado un curso.

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Amante del baile y extrovertida, era reconocida por dentro del campo laboral como una líder innata que brillaba por su excelencia. Se conoció que uno de sus últimos contactos con sus compañeros del batallón fue mediante un mensaje por un grupo de WhatsApp en el cual les deseaba un feliz día del hombre. En este mencionó que se sentía "muy afortunada de trabajar, reír y aprender cosas nuevas todos los días al lado de personas maravillosas”.

La oración concluye recitando que “si algún día regreso por la voluntad de Dios, Él quiso que cumpliera con mi vuelo, dándome una misión, con el señor de los Ejércitos, volaré el corazón”. Aunque las autoridades aún no saben que causó el accidente aéreo del mismo modelo del helicóptero el cual ella piloteaba, se adelantan investigaciones para esclarecer el siniestro que terminó con la vida de Julieth y sus compañeros, el capitán Héctor Jerez Ochoa y los sargentos segundo Johan Orozco Neira y Rubén Leguizamón Perilla.

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Para su madre, ella no ha muerto, pues “morir es vivir para la vida eterna”.

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