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La crueldad de la guerra: historia del niño que murió esperando que las FARC liberaran a su padre

Andrés Felipe Pérez sufría de cáncer y el secuestro del cabo Pérez, en marzo del año 2000, empeoró su condición. Hoy, exintegrantes de esa guerrilla pidieron perdón.

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En lacarta en la que, por primera vez, aceptaron haber secuestrado, las FARC lamentaron lo sucedido con el niño Andrés Felipe Pérez, quien padeciendo un cáncer terminal le pidió a esa guerrilla que le devolvieran a su papá, el cabo José Norberto Pérez Ruiz, secuestrado en marzo del año 2000. El uniformado no fue liberado y su hijo murió esperándolo.

Al cabo Pérez se lo llevaron las FARC tras acabar con Santa Catalina, en Risaralda, el 7 de marzo del año 2000. Estuvo en cautiverio un poco más de 24 meses, amarrado con cadenas a un árbol.

Andrés Felipe, su hijo de 10 años y al que le diagnosticaron cáncer, hizo hasta lo imposible para que las FARC se apiadaran de su papá y se lo devolvieran. Hasta el pontífice Juan Pablo II intercedió para que la guerrilla accediera a la libertad del policía, pero el grupo terrorista hizo caso omiso.

“Señores de las FARC, por favor, liberen a mi papá que yo lo quiero aquí conmigo para que él me abrace, me de muchos besos, como lo hacía antes”, decía el pequeño, entre lágrimas, en un video registrado ese año.

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Ante la negativa de las FARC, la condición de Andrés Felipe se agravó. Tuvo varias recaídas y, aunque los médicos hicieron lo posible para salvarlo, en diciembre de 2001 falleció, cuatro meses antes de que su papá fuera fusilado en cautiverio.

Este martes, por medio de una carta, ocho exmiembros de la antigua guerrilla de las FARC, ahora integrantes del partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, reconocieron en una declaración que “el secuestro fue una práctica de la que no podemos sino arrepentirnos, sabemos que no hay razón ni justificación para arrebatarle la libertad a ninguna persona”.

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Y, además, se refirieron específicamente a este caso: “Sentimos como una daga en el corazón la vergüenza que nos produce no haber escuchado el clamor de Andrés Felipe Pérez, quien murió esperando reencontrarse con su padre. No podemos devolverles el tiempo arrebatado para evitar el dolor y las humillaciones que les causamos a todos los secuestrados”.

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