Léyner Palacios no solo un es un sobreviviente de la masacre de Bojayá, a principios de 2020 tuvo que salir de su territorio por amenazas y llegó a Cali, donde sufrió un atentado en el que murió su escolta.
Ha sido un año difícil para él.
“He sido una víctima del conflicto armado que siempre le ha mandado un mensaje de esperanza a las víctimas y al país. Esta es una oportunidad histórica”, dice Palacios.
La oportunidad histórica a la que se refiere es su elección como integrante de la Comisión de la Verdad, en reemplazo de María Ángela Salazar, quien falleció por otra tragedia, la del COVID-19, en agosto.
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“Es un espaldarazo que la comisión nos da a los líderes sociales y también es una forma de rechazar toda esa violencia que aún se está viviendo en muchas partes de Colombia”, añade el líder social.
Léyner Palacios reconoce que, sin duda, este reto para se conozca la verdad de la guerra le traerá más problemas.
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Pero eso no lo detiene: “Seguramente por el hecho de estar en la comisión será una motivación más para los que no quieren la paz. Pero tengo la fe y la certeza de que los que queremos la paz, de los que queremos avanzar con la verdad, los que queremos proteger a los líderes sociales somos más”.
Reconoce que tiene miedo.
“Miedo tengo mucho. Las agresiones han sido demasiado fuertes, demasiado peligrosas, extremadamente riesgosas. Pero también tengo mucho miedo de que la paz no se consolide en Colombia. Tengo mucho miedo de que esta violencia que yo he padecido y padecieron muchos seres humanos se repita, como ya empezamos a vislumbrar en algunos territorios del país”, dice.
El líder social, el sobreviviente, el padre de familia y ahora comisionado dice que seguirá en sus esfuerzos por la reconciliación de Colombia y los derechos de las comunidades étnicas y de los menores y mujeres que han sufrido la tragedia de la guerra.
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